Cuando John Krasinski concibió Un lugar en silencio probablemente nunca imaginó que su película se convertiría en uno de los grandes éxitos de la taquilla en la temporada de estrenos del 2018.
Realizado con un presupuesto de apenas 22 millones de dólares, el film recaudó más de 350 millones de dólares alrededor del mundo, además de cosechar muy buenas reseñas.
Como suele ocurrir en estos casos el estudio Paramount enseguida apuró la continuación, con la particularidad que esta vez el actor y cineasta también se hizo cargo del guión.
El resultado es una producción decente que consigue brindar un entretenimiento ameno si bien no llega a estar a la altura de la entrega previa.
Esta debilidad se relaciona con la ansiedad de Paramount por acelerar la continuación donde Krasinski no tuvo demasiado tiempo para pensar un argumento que superara al del film original.
Una cuestión que se siente muchísimo en esta propuesta que funciona como una especie de interludio a lo que será seguramente una continuación superior.
El director abre el relato con una introducción muy sólida que revela el origen de la invasión alienígena que se cargó a gran parte de la humanidad.
En esos primeros 12 minutos se encuentran las mejores escenas de esta producción que luego se limitan a repetir recursos narrativos ya vimos en la primera parte, con el fin de generar momentos de tensión y suspenso.
La realidad es que la historia de la familia Abbott no avanza demasiado y el trabajo del director por momentos cae en un refrito de lo que hizo en el 2018.
Algo que es comprensible por el hecho que no tuvo tiempo para preparar esta película, cuya producción se gestó semanas después del estreno del primer capítulo.
Si tenemos en cuenta esta circunstancia su labor es más que decente y se ve favorecida por la buena dirección del reparto, donde se suma esta vez Cillian Murphy, quien rara vez decepciona con sus interpretaciones.
Un lugar en silencio Parte 2 me dejó la sensación que es una obra donde Krasinski cumplió con un contrato comercial para Paramount mientras se toma el tiempo para pensar una mejor película en el próximo episodio.