Repite fórmulas pero mantiene la intriga asfixiante
El actor y director John Krasinski vuelve a sorprender con un perfecto manejo de los silencios para crear tensión y generar terror.
La ingeniosa A quiet place (2018) se posicionó como un refrescante blockbuster moderno, garantizando que el actor John Krasinski -en su debut como director- obtuviera el merecido respeto de la crítica especializada. Repitiendo la fórmula del éxito, A quiet place 2 ofrece la misma cantidad de intriga asfixiante que encanta a los amantes del terror pese a tener una historia de corte más predecible.
Después de los eventos mortales sufridos en su hogar, la familia Abbott (Emily Blunt, Millicent Simmonds y Noah Jupe) ahora deben enfrentar los terrores del mundo exterior mientras continúan su lucha por la supervivencia en silencio. Forzados a aventurarse en lo desconocido, se dan cuenta rápidamente de que las criaturas que cazan por medio del sonido no son las únicas amenazas que acechan más allá del camino cubierto de arena. No hay grandes incorporaciones en la secuela pero sí se refuerza el protagonismo de los jóvenes actores, a quienes se les otorga el arco dramático más maduro y que -eventualmente- podría seguir evolucionando en una tercera parte.
Krasinski forma parte de una camada de espectadores que crecieron con el cine de Steven Spielberg y eso puede verse en las decisiones artísticas u homenajes al director que yacen en la saga: la exploración en los vínculos de padre e hijos (E.T, Encuentros cercanos del tercer tipo, Indiana Jones y la última cruzada) y una referencia calcada a aquella épica escena de Jurassic Park con los niños escapando de los velocirraptores son algunas de las influencias spielbergianas más notables de esta aventura.
Potenciando y perfeccionando todos los recursos que ya funcionaron -la profundidad emocional con la que se construyen los personajes o la perfecta habilidad para crear climas de tensión asfixiante en total silencio- A quiet place 2 vuelve a ser una experiencia inmersiva en la que uno casi interactúa con la película. Un gancho lo suficientemente inteligente para correr a sacar una entrada de cine.