Un lugar en silencio es una de las grandes sorpresas cinematográficas de esta temporada y probablemente quedará en la selección de las mejores películas de terror y suspenso del 2018.
Se trata de la segunda obra como director del actor John Krasinski, quien hace poco se destacó en el film bélico de Michael Bay, 13 Horas, y en breve debutará como la nueva encarnación del agente de la CIA, Jack Ryan, en una nueva serie de Amazon.
Krasinski ya había incursionado en la dirección en el 2016 con The Hollars, un drama familiar que no tuvo difusión y en su nuevo proyecto se metió de lleno en el terreno del suspenso y el horror con un film que evoca los primeros trabajos de M.Night Shyamalan.
Si bien la historia es muy diferente Un lugar en silencio por momentos trae al recuerdo a Señales, con Mel Gibson, por el modo en que se abordan los momentos de tensión.
Lo genial de esta película y el principal motivo por el que la recomiendo es que Krasinski concibió una propuesta para ser disfrutada especialmente en una sala de cine.
Se trata de esa clase de experiencias donde la ambientación de la sala a oscuras marca la diferencia. No es lo mismo descubrir esta historia en tu casa o frente al monitor de una computadora.
Krasisnki en este caso elaboró un gran thriller con una premisa sencilla pero fascinante.
En el año 2020 la Tierra se encuentra invadida por unos monstruos ultra sensibles al sonido que atacan a los humanos cada vez que escuchan un ruido.
El silencio es la única herramienta para sobrevivir. Si hablás o generás el mínimo ruido con el movimiento de una silla los bichos te devoran y son implacables en su tarea.
A partir de ese concepto el director, quien además es uno de los principales protagonistas, construye un thriller aterrador que más allá de los momentos de suspenso sobresale por el trabajo dramático del reparto.
Emily Blunt, quien es la esposa de Krasinski en la vida real, tiene muy buenos momentos en este film y el casting de los chicos fue excelente.
Gran parte de sus interpretaciones se centran en las expresiones faciales y el lenguaje físico, debido a que los personajes no pueden hablar por la amenaza de los monstruos.
Aunque el diálogo es mínimo, la interacción entre los protagonistas y las situaciones límites que enfrentan resultan fascinantes por el modo en que el director las trabaja en su narración.
En estos días donde nos acostumbramos a ser decepcionados por el género de terror con películas malas sin inspiración, que copian las mismas fórmulas argumentales de siempre, Un lugar en silencio al menos consigue atrapar con creatividad la atención del espectador durante toda su duración.
Son 90 minutos donde no sobra una escena y el nivel de tensión es por momentos desesperante.
Cabe destacar que esta película fue un proyecto de John Kransinski que financió Michael Bay con su compañía productora Platinun Dunes.
El director de la infumable saga Transformers cada tanto se ilumina y produce películas de calidad como esta o 13 horas que fue una buena propuesta dentro de su género.
Recomiendo que no dejen pasar Un lugar en silencio en los cines porque está destinada a sobresalir entre las mejores producciones de este año.