A pesar de su talentoso elenco, Un Lugar para el Amor nunca termina por despegar.
El veterano escritor Bill Borgens (Greg Kinnear) lleva tres años divorciado de su esposa Erica (Jennifer Connelly) y todavía no puede olvidarla. Pasa sus noches espiándola a través de la ventana de su nueva casa donde convive con su nuevo novio. Su única conexión con el mundo es a través de una vecina (Kristen Bell) con quien tiene relaciones ocasionales y a su vez discuten sobre la vida y el futuro. Los hijos de Bill y Erica tampoco andan muy bien con sus relaciones amorosas. Samantha (Lily Collins), una universitaria que acaba de publicar su primer libro, también disfruta de la relaciones de una noche y busca a toda costa evitar enamorarse, pero esta filosofía de vida comienza a temblar cuando conoce al simpático Louis (Logan Lerman). Por su parte, el hijo menor Rusty (Nat Wolff), aun lucha por encontrar su verdadero yo, tanto como escritor y como inesperado novio de la chica de sus sueños (Liana Liberato), quien tiene más problemas de los que podría imaginar.
El amor después del amor
Un Lugar para el Amor es una de esas películas que cuando uno la termia de ver siente que, quizás, hubiera funcionado mejor algunos años atrás. En los últimos tiempos hubo un “boom” en lo que al cine “independiente” norteamericano respecta (independiente entre comillas, ya que los grandes estudios siempre están presentes de alguna u otra manera), y los temas que pretende tratar este simpático film ya fueron tratados una y otra vez. Claro está que como dice Tarantino: “Ya no hay nada nuevo bajo el sol de Hollywood”, pero de vez en cuando llega un cineasta que le encuentra una vuelta de tuercas a estos temas examinados hasta el hartazgo. Esto no ocurre en Un Lugar para el Amor, que decide examinar el primer amor y las segundas oportunidades a través de los ojos personajes ya vistos y otros poco agraciados y desaprovechados.
La historia se desenvuelve de una forma muy orgánica, tanto que desde que se crea el conflicto ya podemos hacernos una buena idea de cómo se va a resolver. Al no ser una de esas películas que nos tienen adivinando el final, poco importa que ya conozcamos de memoria el destino de nuestros personajes, pero uno espera al menos una sorpresa por parte del guión o del director durante este viaje que, lamentablemente, nunca llega.
Capture16La trama está adornada con algunos personajes simpáticos y otros no tanto. Greg Kinnear, como de costumbre, hace un más que aceptable trabajo como el novelista que quiere reconquistar a su ex esposa y Jennifer Connelly acompaña como es debido. Quizás el punto más flojo entre los personajes principales esté en Samantha, la hija de la pareja interpretada por Lily Collins, quien desentona con una actuación unidimensional de una chica que se cree demasiado buena para enamorarse. Quizás el problema aquí no caiga todo sobre los hombros de Collins y su incapacidad para demostrar los sentimientos, los problemas de Samantha ya comienzan en el mismo guión que poco hace para presentárnosla como algo más que una estudiante y escritora pedante y herida por el divorcio de sus padres. En los papeles secundarios se destacan Logan Lerman como el pretendiente de Samantha y Kristen Bell como la vecina de Bill. Esta última comparte unas cuantas escenas con Kinnear que resultan muy divertidas, pero el guión nunca termina por sacarles provecho.
Conclusión
No hay nada nuevo ni original en Un Lugar para el Amor, aunque quizás sea suficiente para satisfacer a esos espectadores en busca de una historia simple y con algunos (pocos) momentos divertidos y románticos.
- See more at: http://altapeli.com/review-un-lugar-para-el-amor/#sthash.liUvdVOH.dpuf