Un peli chica que vale la pena
El director debutante, Josh Boone, viene a demostrarnos que todavía se pueden hacer películas sobre el amor y las segundas oportunidades sin caer en la cursilería y la berreteada poco inteligente.
"Stuck in love" es un drama/comedia romántica que lamentablemente tuvo poca promoción comercial y que fue poco tenida en cuenta por los espectadores, al menos en Argentina. Uno ve el cartel promocional y ya se imagina que tipo de producto puede llegar a ser, de hecho hay muchas otras películas con este formato y presentación comercial que sirven de referencia para armarse una idea en la cabeza, una idea que no siempre es acertada. En este caso la apariencia engaña para mal, ya que "Stuck in love" es en realidad un entretenimiento de buena calidad que merecía más atención de la que obtuvo.
Para empezar podemos decir que la temática es difícil. Hoy en día resulta muy complicado armar buenas historias románticas que además aborden aspectos de la vida como el perdón, las relaciones familiares y las segundas oportunidades. De manera muy inteligente, Boone logra diagramar secuencias interesantes que exponen las interacciones familiares con mucha naturalidad pero a la vez las dota de elementos que las hacen realmente irresistibles. Todos los personajes son interesantes, los padres interpretados por Greg Kinnear y Jennifer Connelly, los hijos, Lily Collins y Nat Wolff, hasta los secundarios como Kristen Bell, Logan Lerman y Liana Liberato. Se destacan las actuaciones de Kinnear, Nat Wolff y Lily Collins.
Otro gol del film fue tener diálogos picantes y realistas, charlas en las que un padre puede hablar abiertamente de la droga, el sexo o incluso del amor con sus hijos. Los personajes son bastante puros y bajados a tierra, permitiendo que el espectador se pueda relacionar con ellos y vivir más de cerca las experiencias.
Lo único que podría refutar y que no la dejaría llegar a la máxima nota es que por momentos cae en algunos lugares comunes del género y no llega a explotar al máximo sus posibilidades de involucrarnos en una montaña rusa de emociones. Más allá de estas carencias, la película ofrece momentos y diálogos realmente buenos que valen la pena ser disfrutados. Muy recomendable.