Los vericuetos del Psicoanálisis
A David Cronemberg le bastan un puñado de sus filmes para saber de su calidad, su estética y su constante desafío fílmico, que va desde sus tempranos relatos de horror como "La Mosca" al thriller oscuro de "Un historia violenta", ahora le toca el turno de hacerse cargo de una historia que toma tres personajes reales y sentidos que habitan la Viena de hace un siglo atrás, época resplandeciente, donde se buscaba e investigaba la cura del alma, el estudio de las locuras individuales y los comportamientos extraños.Todo eso que tanta cabeza abrió -valga la paradoja- y sirvió para el claro análisis de las generaciones posteriores.
El guión -que se basa en una estructura teatral- toma los personajes del Dr. Jung que halla su conejito de indias en la paciente Sabina Spielrein, una joven rusa que irá desde una temprana paciente con neurosis a convertirse con los años en una estudiosa de esto, calzándose los zapatos de la primera psicoterapeuta mujer, claro que en el medio de todo esto se convertirá también en la amante desaforada de Jung, todo por el mismo precio. Este último como profesional, consultará y conocerá al célebre Dr. Freud, padre del psicoanálisis, y todos juntos pero de distintos lugares, opinan, prueban, analizan las conductas humanas.
Cronemberg construye un filme formal, ajustado, con buenas actuaciones del trío interpretativo: Jung (un correcto Michael Fassbender), su mentor Freud (Viggo Mortensen, relajado y disfrutando su papel) y Sabina Spielrein (Keira Knightley de a ratos algo sobreactuada, pero zafando por un rol muy difícil), un filme que interesará mucho más a un público intelectualmente más cercano a la psicología o digamos preparado que a cualquier espectador que no esté avisado de lo que va la propuesta.