Deseo, locura y decepción
Gabrielle (Marion Cotillard) es una joven apasionada que vive en un pequeño pueblo de Francia, en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Su familia cree que sufre de una seria inestabilidad emocional, y entonces deciden “arreglarle” un matrimonio con un exiliado español, que acepta el trato a cambio de un trabajo. En medio de este matrimonio sin amor, Gabrielle se interna en un spa para tratarse de cálculos en sus riñones. Y allí va a conocer y se va a enamorar perdidamente de André (Louis Garrel), un soldado enfermo. “Un momento de amor” comienza como un melodrama clásico y prolijo, pero de a poco se convierte en una película inocua y superficial, que no ahonda en ninguno de los temas que aborda. La directora francesa Nicole Garcia (que se lució en otras películas como “El adversario”, “Place Vendôme” o “El hijo preferido”) no llega a transmitir el drama de su protagonista —que lucha entre el deseo, la locura y la frustración— y Cotillard queda encorsetada en ese personaje que termina agobiando en su deriva. Es inexplicable que esta película haya conseguido ocho nominaciones a los premios César. Y más inexplicable todavía es su final, tan arrebatado como simplista.