Un chico demasiado grande para ser niño, demasiado joven para ser un hombre.
Así describe su autor Patrick Ness a Conor O’Malley, el niño protagonista de esta historia. Una historia que incluye a un monstruo que visita a Conor con una propuesta especial, contarle tres historias para que luego el chiquito le cuente una, con su verdad.
Asombrosa actuación de Lewis MacDougall (Conor), que con sus ojos y gestos expresa más de lo que dice, conmueve. Conmueve como solo logra hacerlo su director, J.A. Bayona, quién tiene una habilidad clara para tocar nuestros corazones, estrujarlos y hacernos derramar nuestras lágrimas.
Un monstruo viene a verme, puede ser un simple film con una historia triste de un niño que tiene una madre enferma de cáncer y además sufre de acoso en la escuela y en su mundo imaginario recibe la visita de un monstruo, pero realmente resiste análisis más profundos. Se trata de esas películas que podés desmenuzar y descubrir mil capas de información debajo de la que vemos a priori.
Completan la historia el Monstruo con la profunda voz de Liam Neeson, que no se lo ve de manera tradicional, pero hay un guiño para el espectador, ya que lo vemos en varias fotos como abuelo de Conor; y Felicity Jones, interpretando a una madre separada enferma de cáncer. Esta joven me deslumbra en cada papel y esta no es la excepción. Qué sentirá al verse en pantalla de esa manera, realmente es shockeante y muy triste lo que la enfermedad hace en el cuerpo y en alma de una persona.
Una película conmovedora, de aventuras, de ciencia ficción, de un monstruo de los buenos que enseñará a este pequeño algo muy importante.