Las emociones del espectador están en juego todo el tiempo en Un monstruo viene a verme (A Monsters Calls, 2016), film basado en la destacada novela de Patrick Ness.
Connor (Lewis MacDougall) es un niño distinto a los demás: pasa sus días cuidando a su madre enferma (Felicity Jones), realizando los quehaceres domésticos y dibujando todo aquello que imagina. En medio de esa realidad aparece un monstruo (voz de Liam Neeson), quien le propone conarle tres historias a cambio de que él le relate una cuarta. Y sin que Connor se dé cuenta, encontrará las respuestas que necesita en las palabras de la nueva criatura que llega a su vida.
Después de Lo imposible (The Impossible, 2012), el director español Juan Antonio Bayona le ofrece al público una película que no le será indiferente. Desde el inicio, el argumento interpela los sentimientos y logra una empatía inmediata, tanto con el protagonista como con su historia.
El film presenta excelentes efectos visuales que se aprecian, en especial, en las escenas en las que aparece el monstruo. Porque tanto su movilidad como la expresión de su rostro resultan naturales y están en sintonía con la totalidad de la imagen.
Aunque el argumento de Un monstruo viene a verme podría caer fácilmente en golpes bajos, este no es el caso. Con calidez y buenas intenciones traduce la dura realidad de un niño a través de sus ojos, convirtiéndola en una invitación a imaginar.