El director de Lo Imposible, Juan Antonio Batona vuelve a contar una historia protagonizada por un niño, en Un monstruo viene a verme; basado en la novela de Patrick Ness.
Un monstruo viene a verme sigue la historia de Conor (Lewis MacDougall), un joven que vive con su madre separada (Felicity Jones), la cual tiene cáncer y cada día esta más débil para hacerse cargo de la casa donde viven. Mientras llega la abuela de él (Sigourney Weaver), Connor recibe la visita de un gigante monstruo con raíces de árbol (voz de Liam Neeson) , quien le dice que le contará tres historias.
Bayona se sumerge en una historia difícil de contar, y lo hace con la construcción necesaria para llevar a cabo la adaptación de la novela.
Por un lado reúne a un excelente elenco, que en primer lugar introduce al joven Lewis MacDougall, que salvo por haber hecho una participación en Pan; ha definitivamente arrancando su carrera con este film.
Las expresiones de su rostro, y los diversos conflictos emocionales que transita Conor, son un trabajo de sincronía entre el director y el actor. Y Bayona ya lo había hecho con Tom Holland y Samuel Joslin en Lo Imposible.
A la par, tenemos grandes interpretaciones de Sigourney Weaver, Felicity Jones y la particular voz de Liam Neeson.
Por otro lado, la narrativa es exquisita. En vez de apelar al drama que conlleva una enfermedad desde puntos más comunes como Bajo la misma estrella; Patrick Ness lo hace desde la mente de un niño, la fantasía intenta ser un escape de esa realidad que no puede afrontar; pero a lo largo de la historia nos damos cuenta que todo lo que enfrenta Conor y todo lo que le enseña el monstruo; son etapas de la consciencia y de la evolución humana.
Finalmente desde lo visual, Un monstruo viene a verme cumple la idea desglosada del libro. Y cada una de las tres historias, no solo sirven para determinar las emociones y los conflictos internos del protagonista; son a su vez una puesta en escena de animación distinguida y cuidada.