No hay persona que no esconda sus propios secretos, miedos, odios. Sus propios monstruos. Inclusive los niños más solitarios y dolientes, quizás más potentes al no poder apoyarse. Estos monstruos son temibles si deben ser liberados. Para A Monster Calls, estos que nos asolan deben ser soltados por ser el único camino para amenizar la vida, apoyarse en el otro y resistir con la cabeza alta todos los embates que plagan el camino.