Lo que propone Un monstruo viene a verme es interesante. Conor, un niño que debe lidiar con la inminente muerte de su madre, que padece un cáncer terminal, es visitado por un monstruo que le cuenta historias. El problema es que la presencia del monstruo es casi lo único atractivo que tiene la película. La fantasía hace que el drama lacrimógeno no sea tan pesado, pero no equilibra la cantidad de golpes bajos e innecesarios. La sensibilidad que el director Juan Antonio Bayona mostró en su ópera prima El orfanato (2007), un film de terror que también se centra en la relación de una madre y su hijo, parece haberse agotado para esta oportunidad.