Salvo por algunos chistes de lo peor de Terry Gilliam
El ex Monty Phyton Terry Gilliam tiene obras maestras y películas abismales, incluso ya en su mejor época como realizador, es decir los tiempos de la vanguardista "Brazil". Evidentemente ese film, sin duda su gran película por la que debe ser recordado, es la que lo llevó a seguir obsesionado con temas futuristas generalmente pesimistas y satíricos como, por ejemplo, el de la muy interesante "12 monos", y también el de esta nueva película que está entre los puntos más bajos de su trayectoria.
Ya visualmente, "Un mundo conectado" es un pastiche multicolorido hasta lo insoportable donde Gilliam intenta, o eso parece, ponerse al día con los temas cibernéticos a lo largo de una historia sorprendentemente incoherente para lo mínima y elemental que es, pero al menos intercalada por chistes sobre el tema que algunas veces dan en el blanco (hay uno sobre la publicidad personalizada bastante eficaz, por ejemplo).
La acción transcurre en un futuro cercano donde Christoph Waltz es una especie de hacker dedicado a resolver los grandes enigmas de la humanidad, salvo que el problema es que siempre hay alguna interrupción burocrática a sus pesquisas. Todo resabio de algo parecido a un argumento con sentido se va disolviendo a medida que avanzan los minutos, y como los chistes sueltos no siempre son muy eficaces, antes de promediar la proyección el espectador tendrá que asumir que está ante uno de los grandes desastres en la carrera del director de "Brazil".
Esto a pesar de que el reparto tiene muy buenos actores, como Matt Damon y un David Thewlis que por momentos se destaca y hace pensar que el nivel podría mejorar, cosa que lamentablemente no sucede.