Encontrar tu destino, honrar a tu familia, amar a quien quieras con total libertad y siempre estar dispuesto a abrir los brazos al otro por más diferente a uno que sea.
Bajo estas premisas se mueve la última producción de Disney: UN MUNDO EXTRAÑO en donde la creatividad artística alcanza otro nivel.
La animación es sencillamente espectacular, disruptiva y un festín para los ojos.
El ritmo del cuento tiene sus mesetas y sus clichés y quizás, para los más chicos, sea confusa pero se destaca por ser totalmente inclusiva (por momentos de cierta forma forzada) y original en su dirección.
Hay personajes por doquier pero creo que ninguno memorable, ni siquiera el joven protagonista abiertamente gay. Eso sí, amé al perro de tres patas que le aporta el tono lúdico a las grandes escenas de peligro que corren los protagonistas. No será el tanque que esperamos siempre de la empresa del ratón, pero se deja ver.