Ir adonde ningún autista ha ido antes
Rain Man (Barry Levinson, 1988) marcó la pauta dentro de una suerte de subgénero contemporáneo, encargado de traernos historias sobre personajes que a pesar de sus limitaciones mentales pueden superar las dificultades que les plantea la vida y dar evidencia de su inteligencia particular, a contramano de la consideración popular y de los prejuicios más comunes.
En Un nuevo Camino (Please Stand By, 2017) el director Ben Lewin trae a la pantalla grande la obra teatral de Michael Golamco que gira en torno a Wendy, una chica autista que viaja desde San Francisco hacia Los Angeles buscando entregar un guión cinematográfico para un concurso de fanáticos de la saga Star Trek. La ex-niña prodigio Dakota Fanning interpreta a Wendy, quien junto a Toni Collette (Pequeña Miss Sunshine, Un gran chico) y Alice Eve (Star Trek: En la oscuridad, Ni en tus sueños) conforman el trinomio femenino sobre el cual se apoya la historia.
Contenida dentro de un relato circular donde el personaje principal realiza un viaje iniciático a través del cual busca superar sus propias limitaciones, la narración toma forma de road movie y lleva al espectador a acompañar a Wendy durante 93 minutos mientras intenta superar las dificultades -propias y externas- que se interponen a la consecución de su objetivo.
Canalizando al Robert Downey Jr. de Una guerra de película (2008) y su mantra “never go full retard” pero en clave dramática, Dakota Fanning hace un trabajo aceptable poniéndose en la piel de una chica autista que lucha por demostrar sus capacidades; pero por momentos la verosimilitud del relato le juega en contra, exponiendo a su personaje a situaciones improbables que bordean peligrosamente el absurdo. Toni Collette cumple en un papel que la hemos visto encarnar en múltiples ocasiones a través de los años, el de la mujer que se preocupa por el bienestar de otros hasta extremos poco recomendables.
Cierto aura indie lo sobrevuela todo, agregando a la película una pátina agradable y llevando a su protagonista por ciertos recovecos de la América profunda, donde intenta darnos una pequeña muestra de las personas buenas y malas que uno puede encontrarse en este y en cualquier camino.
Con un approach liviano sobre el autismo y las dificultades de vivir con un ser querido que sufre una enfermedad mental, Un nuevo camino no parece tener intenciones de reescribir el género ni cuenta con la ambición suficiente como para romper algún tipo de paradigma cinematográfico. Su propuesta es simplemente traernos una historia que alcanza una mayor dimensión solo gracias al calibre de sus intérpretes.