Una trama de terror, previsible y obvia
El director canadiense Vincenzo Natali es capaz de dirigir audaces y retorcidas películas de ciencia ficción como "Splice", a niveles adultos dignos de su compatriota David Cronenberg, además de de producir o escribir todo proyecto televisivo que se le ponga a tiro.
Pero cuando se pone frío y cerebral, como en el caso de "Cube", básicamente aplica la formula de las historias de de series tipo "The Twilight Zone" a largometrajes que, sin dejar de ser interesantes, resultan estiradísimos y no demasiado intensos. Eso es sólo uno de los problemas de esta alargada historia de ultratumba, que presenta una situación que cualquier fan del género percibirá antes de los 15 minutos de proyección, aunque el director recién decida revelar el asunto pasada la hora de metraje.
Abigail Breslin, la chica de "Little Miss Sunhine" ahora convertida en una adolescente incapaz de sacarse la remera de Siousie&The Banshees (esto es un chiste, dado que en realidad debido a la trama no puede haber muchos cambios de vestuario). Es que ella, justo antes de su cumpleaños, es la única integrante de la familia que se da cuenta de que están en un kafkiano día rutinario que se repite permanentemente en un raro loop de espacio-tiempo, que en realidad se parece más a un limbo del Más Allá.
Es una historia de fantasmas obvia y alargada, bien filmada y con detalles atendibles, pero sin nada que la haga merecer más que una ojeada en un zapping del cable.
Ojalá Natali saque de la galera pronto otra gema como "Splice" en vez de perder tiempo con estos espectros rutinarios y estirados, en todas las acepciones del término.