Un thriller muy bien armado con una comedia realmente graciosa e irónica. Una fórmula que permite el lucimiento a fondo de dos actrices tan distintas como Anna Kendrick y Blake Lively. Y un galán encarnado por Henry Golding (El mismo de “Locamente millonarios”). El director Paul Feig (“Chicas armadas y peligrosas”) con el guión de Jessica Sharzer sobre la novela de Darcey Bell, adorna con elegancia y seducción, con un lenguaje exacto, agudo, una trama de muchos giros y muy entretenida. Una mujer que es el súmmum de la elegancia entabla una relación de “amigas” con la mamá de un compañerito, su antítesis. Una viuda prolija hasta la irritación, de la que todos se burlan. Después de conocerse le pedirá el favorcito del titulo y allí comienzan las sorpresas. Y a medida que avanza la película, cada vuelta de tuerca inaugura una curiosidad y el ritmo no decae. Las dos protagonistas se lucen al máximo y toda la sociedad que muestra el film, con certeros dardos irónicos e inteligentes siempre dan en el blanco. Un entretenimiento liviano, gracioso.