Academia para padres
Ser padre o madre, se sabe, no es tarea fácil. Puede resultar por momentos la experiencia más mágica y maravillosa del universo y, en otros (muchos), sobre todo durante parte del embarazo, del puerperio y de los primeros meses de vida del bebé, bastante ingrato, demasiado exigente tano para el cuerpo como para la cabeza.
A partir de este tema/período de vida se ha desarrollado una multimillonaria industria no sólo de productos sino también de "servicios al consumidor" (cursos, libros de autoayuda...). El cine, por supuesto, tampoco ha quedado fuera de la tendencia y esta tragicomedia francesa (más cómica que trágica, más liviana que profunda) se suma a la lista.
Estamos ante un producto con bastante de fórmula, pero dignamente construido. Actores carilindos (Louise Bourgoin es preciosa), narración ágil, algo de humor negro, toques emotivos y dramáticos, algunos perrsonajes secundarios logrados (la insufribe "abuela" que interpreta Josiane Balasko) y todo está servido para un disfrute efímero, pero disfrute al fin.
No esperen nada del otro mundo. El nuevo film del director de Amor de familia apuesta a los "grandes éxitos" de la paternidad/maternidad y, por momentos, está demasiado cerca del cliché, del lugar común, del estereotipo. Y del didactismo, claro.
La pareja (él empleado de videoclub, ella en medio de una tesis de Filosofía) se enamora, convive, engendra (feo término) una beba y, entonces sí, la película se detiene en el embarazo, el parto y la crianza. Hay peleas, y reconciliaciones, y mamaderas, y vómitos, y angustias e insomnios. Nada que no haya vivido cualquier lector con hijos.
De todas maneras, Un suceso feliz nos regala bastante simpatía (no habrá carcajadas pero sí unas cuantas sonrisas) y sobrados motivos para "identificarnos". Es una película menor, chiquita en más de un sentido, pero inofensiva y con cierta nobleza. Si no se tiene demasiadas exigencias, hasta vale la pena darle una oportunidad.