Una película en forma de diario
A partir de una novela-blog de Eliette Abecassis, el director francés lucha con los escollos de lo cotidiano en el cine.
Un suceso feliz pudo haber sido la primera película-blog. Género potencialmente interesante, aunque no del todo nuevo: lo que se conoce como “diario cinematográfico” (que tiene como mayor exponente al francés Alain Cavalier) es de por sí el equivalente cinematográfico de un blog. Basada en una novela cuya autora (Eliette Abecassis) narra su experiencia desde la concepción hasta el puerperio, con el embarazo como momento estelar, es evidente que Un suceso feliz fue en su origen una crónica personal. Algo que la película pone de manifiesto sobre el final, cuando la protagonista termina de escribir su relato de un tirón, lo titula, cierra el archivo y recién después lo reabre, subtitulándolo “una novela”. Ese es justamente el problema. La clase de nimiedades que en forma de diario o de blog pueden resultar amenas, graciosas y divertidas, suelen ser un material demasiado soso para una novela, si no se le encuentra alguna vuelta ficcional que le dé relieve. Un suceso feliz prueba, por si hacía falta, que lo mismo sucede con las películas.
“La historia empezó acá”, dice la voz en off mientras se ve la tremenda panzota (de utilería) de la protagonista, y la voz duda de si es entonces o en otro momento cuando en verdad empezó la historia. Es un comienzo atractivo, por lo lúdico y autorreferente. El atractivo se redobla con una secuencia digna de Una mujer es una mujer, de Godard. El chico y la chica se conocen en el videoclub donde él trabaja y ella va a alquilar. Ella pide In the Mood for Love y de ahí en más mantienen un juego amoroso hecho de títulos de DVD. El le ofrece Un hombre y una mujer y Las leyes de la atracción. Ella contesta con Atrápame si puedes y al rato se están besando. Gran comienzo para una comedia romántica. Pero suceden dos cosas: el resto no está a la altura de ese comienzo, y lo que pintaba para comedia romántica termina pareciéndose más a una serie de notas al pie de un manual de embarazo y puerperio.
¿Cómo dar interés a cosas tan de todos los días como la primera visita al ecografista, la determinación del sexo del bebé, las primeras pataditas, el curso de preparto o la depresión posparto? Dos opciones: una es narrarlas desde una primera persona que subjetivice todo eso, tanto como para volverlo distinto; la otra, inscribir esos pequeños incidentes en el marco de una historia y unos personajes que los contengan y realcen. No carente de gracia y burbujeo, el problema de la película dirigida por Rémi Bezançon (de quien aquí se conoció la anterior El primer día del resto de tu vida) es que no opta del todo por ninguna de esas opciones, quedando en una media agua que por largos momentos es apenas línea de flotación. Los protagonistas no están suficientemente desarrollados para generar empatía, no les pasa nada distinto de lo que a cualquier pareja –desde la infatuación inicial hasta la guerra matrimonial– y el relato de la protagonista en off es vivaz, pero no llega a tener un sello personal.
Quedan los secundarios, clave de toda comedia. Se destacan dos. Uno, el amigo bruto y misógino, es una copia demasiado evidente de los que en las comedias estadounidenses suele encarnar Seth Rogen. El otro, la mamá interpretada por esa Rita Cortese con acento francés que es Josiane Balasko, es el personaje mejor redondeado. Tan setentista como para haber fumado algo más que tabaco durante su embarazo (y para haber llevado a sus dos hijas chiquitas de excursión a Nepal) y tan jodida como para tirarle tierra al embarazo de la hija, cada vez que ella aparece la película pasa algo distinto de lavar pañales o no poder dormir porque la nena llora. Se impone una gigantesca nota al pie: la protagonista, Louise Bourgoin, más que ser el gran hallazgo de Un suceso feliz es una película en sí misma. Linda, sexy sin necesidad de posar de serlo, dueña de un rostro que se le ilumina desde dentro y con la suficiente intensidad para dar la sensación de que está pariendo en serio (y de que está cogiendo en serio, también: las escenas de sexo son infrecuentemente creíbles), esta chica parece nacida para ser filmada.