“La noche del segundo cumpleaños de la niña Carlota, Doña Leonor, viuda de Azurmendi, ya no tuvo duda alguna. El orgullo de su vientre, la luminaria de sus ojos, la alegría de su corazón, era enana…”
(“De eso no se habla” – Julio Llinás)
Después de su paso por el último Festival Internacional de Mar del Plata, llega en el nuevo formato de estrenos lanzado por la plataforma de cine nacional www.cine.ar/play y CINEARTV, “UN SUEÑO HERMOSO”, documental de Tomás de Leone que ha encontrado una historia atractiva, diferente, intrigante para llevar adelante un relato que transita un arco tan amplio, que se inicia con una directora que es un ícono del cine nacional para desembocar en un hecho policial, poco difundido, pero extrañamente cautivante.
Rómulo Berruti y Carlos Morelli charlan en el living de su recordado programa de embriagador espíritu cinéfilo “Función Privada”, con María Luisa Bemberg. A esa altura Bemberg ya se había mostrado como una directora transgresora, diferente, de avanzada y en esa charla distendida, expone su pensamiento, enarbola el derecho de “los diferentes” y de lo distinto sin estridencias, sin panfletos ni banderías, sostenida por su inteligencia, por su arte, por sus trabajos en donde se destacaba, por lejos, de otros realizadores de la época, aquí y en el mundo.
Un feminismo que ahora está en la agenda de cualquier medio, en la boca de todos, pero que para la época era absolutamente revolucionario y “la” Bemberg lo plasmaba en su arte con absoluta naturalidad.
Historias de mujeres diferentes a muchas de las que mostraba el cine en aquel momento, irrumpe, con “Momentos” y “Señora de Nadie” construyendo retratos empoderados, cuando nadie hubiese utilizado esos términos para definirlas. Mujeres dispuestas a atravesar su deseo sin importar la estigmatización social, mujeres, como la propia Bemberg que supo abrirse camino en un ámbito que parecía reservado solo para los hombres y viniendo de una clase social que la colocaba en el lugar de una “niña rica” jugando a ser cineasta.
Atravesó estoicamente todos esos prejuicios y preconceptos y con un puñado de películas pudo presentar su mirada tan particular del mundo y de su propio universo interior. Luego vino “Camila” y el cine de María Luis Bemberg combinó la masividad y el reconocimiento popular con una obra delicada y en sintonía con las heroínas que quería mostrar, que la llevaron a acariciar una nominación al Oscar a la mejor Película Extranjera.
Otros dos fuertes retratos femeninos, de épocas diferentes pero con una temática común, fueron sus “Miss Mary” y “Yo, la peor de todas” hasta que posteriormente llega la idea de la que sería su última película “De eso no se habla”. Corría 1992 y un diario titulaba “Para su próxima película, María Luisa Bemberg necesita una enana”.
Tomás de Leone articula perfectamente los diferentes tramos de la historia y luego de recorrer la filmografía de Bemberg, comienza a penetrar en este particular proceso de casting, donde se presentó Alejandra Podestá –sin experiencia como actriz pero cumpliendo el principal requisito para un gran protagónico- y a partir de allí, el pulso de la historia cambia por completo.
Bemberg se animó a poner en pantalla –y en ese momento ha sido aún más vanguardista- una historia de amor completamente innovadora, transgresora y valiente apoyada en el texto homónimo de Julio Llinás, que no solamente no estigmatiza la/s diferencia/s sino que además le da un lugar de preponderancia a la protagonista, para hablar de temas poco abordados en el cine desde esa mirada.
La historia de la propia Podestá comienza, casi mágicamente, a espejarse en la de su heroína de ficción: una mujer solitaria, con frustraciones y sueños pendientes, a merced de una madre sumamente sobreprotectora y un abandono por parte de su padre que la marca profundamente. Quizás la primera diferencia aparezca cuando en la ficción, nada más y nada menos que la elegante figura de Marcello Mastroianni se enamore perdidamente de ella y le pida la mano a su madre, para dar el inicio de lo que podría ser una inolvidable historia de amor.
Quizás dentro de Alejandra Podestá haya comenzado a confundirse ficción y realidad y su efímero estrellato en donde apareció en reportajes, notas centrales en revistas y alfombras rojas en festivales de la mano de Bemberg, tramó,sin quererlo, una serie de sucesos hilvanados que harían que todo desembocara en un caso policial que hizo estremecer en 2011 al barrio de Agronomía.
Si bien la filmografía de una directora como Bemberg es intensa e magnética, Tomás de Leone, logra captar nuestra atención y que la propia historia de Podestá nos atrape aún más y nos podamos sumergir en el universo de los “pequeños” en el que poco a poco, el trabajo documental se va internando con sus reflexiones, sus testimonios, sus vivencias de un mundo que percibimos como diferente.
El retrato de Podestá, que luego se vinculará con ese hecho policial trágico que rodeó su muerte, será completado por el equipo técnico y compañeros de trabajo que a través de anécdotas y momentos de la filmación van armando el rompecabezas de una personalidad compleja, que logra escapar de una historia rodeada de una enorme tristeza, encierro y melancolía a través de “este sueño hermoso”, así como lo define así ella misma en un momento del documental en el que describe sus sensaciones frente a esa oportunidad de brillar en pantalla.
Atrapada por un inicio tan rutilante, luego descartó propuestas menores – sólo tuvo una pequeña aparición en “La dama regresa” de Jorge Polaco- esperando una oportunidad igual o superadora a la de Bemberg. De Leone logra entramar un interesante abanico de miradas, complementarias entre sí, para nutrir la construcción de un retrato de Alejandra Podestá que vibra en distintas frecuencias y estamos en presencia de uno de los tantos logros del documental, que se interna en un tema tan íntimo y delicado de la vida de los “pequeños” a través de una de sus protagonistas.
Son muchos los temas que “UN SUEÑO HERMOSO” atraviesa en sus breves e intensos 75 minutos, y Tomás de Leone los articula en un ritmo y un pulso perfecto, de modo tal de cerrar con una fábula intensa e íntima sobre la búsqueda de la libertad, los riesgos y las pulsiones del deseo y el sinsabor que irrumpe en las dos historias, esa angustia que golpea a Mastroianni en la ficción y el destino trágico de Alejandra Podestá en la realidad.
Imperdible documental con muchas aristas y miradas que detrás del tema central nos vuelve a invitar a recorrer la filmografía de María Luisa Bemberg una vez más, una adelantada y visionaria de nuestro cine.
POR QUE SI:
«Tomás de Leone logra captar nuestra atención y que la propia historia de Podestá nos atrape aún más»