¿Conviene repasar la filmografía de María Luisa Bemberg, y/o (volver a) mirar De eso no se habla antes de sumergirse en Un sueño hermoso? ¿Cuánto puede interesarle la historia de Alejandra Podestá al público que ignora la relación de esta muchacha enana con la cineasta argentina y con el singular largometraje que se estrenó a principio de la década del noventa? ¿Qué otras cuestiones aborda Tomás De Leone en este documental que por momentos evoca el recuerdo del programa televisivo The E! True Hollywood Story?
El también autor de El aprendiz divide en cinco capítulos la reconstrucción de una vida que dejó de ser anónima dos veces, por un período acotado. Atento al eventual desconocimiento de los espectadores, De Leone les dedica los tres primeros a «La directora» (Bemberg), «La actriz» (Podestá), «La película» (De eso no se habla).
Estas secciones también describen los agentes fundamentales del «sueño hermoso» que adelanta el título del film, y que el realizador recrea con recursos pertinentes. Por ejemplo, el registro del movimiento circular de una de esas cajitas de música que sostienen la miniatura de una bailarina clásica, el audio donde Alejandra define a María Luisa «como mi hada madrina», la reproducción de fragmentos de De eso no se habla que sugieren la existencia de un juego de espejos entre Podestá y su personaje, Carlota Azumendi.
A la par de los trucos narrativos que alimentan la fantasía onírica, corresponde elogiar el trabajo de investigación que permitió reconstruir los entretelones de la preproducción, el rodaje y el estreno de De eso no se habla. Las fotos y notas periodísticas (gráficas y televisivas) recuperadas resultan tan valiosas como las entrevistas realizadas para el documental: a la productora Lita Stantic, al coguionista Jorge Goldemberg, al asistente de dirección Alejandro Maci, al director de fotografía Felix Monti, a la entrenadora actoral Berta Goldemberg, a la vestuarista Graciela Galán entre otros integrantes del equipo técnico.
De León convocó además a los actores –también enanos– Juan Carlos Rodríguez y Cristian Medrano, que interpretaron roles secundarios en la ficción de Bemberg. Sin dudas, la perlita periodística es el testimonio grabado, absolutamente revelador y conmovedor, de Podestá (sin dudas, el realizador supo suplir la ausencia física tanto de Alejandra como de María Luisa).
Un sueño hermoso se parece a una entrega de The E! True Hollywood Story cuando la muchacha enana aparece representada por una actriz que la cámara filma de espaldas, apenas iluminada, en silencio. También cuando algunos entrevistados ceden a la tentación de especular y (psico)analizar, y cuando cobran protagonismo las declaraciones televisivas de los vecinos de Podestá.
El documental se aleja del programa de espectáculos estadounidense cuando invita a pensar en la relación de fuerzas entre azar y voluntad, en los peligros asociados a la confusión entre ficción y realidad, en la fascinación que las estrellas fugaces provocan en los mortales (fascinación de envergadura directamente proporcional al dramatismo del ocaso), en el daño que algunos seres humanos infligen y otros padecen en nombre de la siempre discutible normalidad. El show le cede espacio al tributo a Bemberg, Podestá y demás mujeres que justamente desafían la norma… y la horma.
El homenaje es extensible a De eso no se habla, película argentina memorable no sólo porque causó sensación dentro y fuera de nuestro país. A saber: el libro homónimo de Julio Llinás inspiró la realización de este film; el proyecto provocó la ruptura de la sociedad creativa entre Lita Stantic y Alejandro Doria; la productora consiguió a Marcello Mastroianni para el rol coprotagónico.