La libertad es fundamental en la existencia del ser humano, independientemente de que éste sea consciente o no de todo lo que ella implica. De esta manera, se la considera como un valor y derecho inherente a cada persona, pero ¿en qué medida tenemos esa libertad que creemos tener?
María Luisa Bemberg era una cineasta adelantada a su tiempo, una especie de Campanella de ahora, quien fue nominada al Óscar por películas tremendamente exitosas en taquilla, como «Para su próxima película» o «De eso no se habla». «Bemberg necesita una enana», titulaba un diario allá por 1992. Es así como sacó de su núcleo familiar a Alejandra Podestá de trece años que casi no había salido de su casa, llevándola a protagonizar un film junto a Marcello Mastroianni.
Por un lado nos encontramos con una directora arriesgada intrépida y feminista y, por otra parte, con una persona enana, la cual la mayor parte de su vida no salió de su ámbito, que logra trascender sus propias limitaciones y generar un impacto social atípico dentro de la historia del cine mundial.
De esta manera surge «Un sueño hermoso» (2019) de Tomás de Leone, un documental que retrata mediante testimonios de varios amigos, miembros del equipo técnico y palabras de la propia Podestá, quien fue asesinada brutalmente en el año 2011, la historia del rodaje de «De eso no se habla» y de la relación que entablaron Podestá y Bemberg. La cinta termina siendo un sentido homenaje a estas dos mujeres.
Ambos pintorescos personajes se unen en un documental mediante secuencias de archivo y testimonios, que explican la vida de Alejandra y el rol de María Luisa Bemberg. A través de 5 secciones bien hilvanadas vemos el cambio, la transición, y los miedos que nunca se fueron. Por otra parte, observamos a una cineasta apasionada, cuyas películas no pasaban desapercibidas; tenía una idea recurrente con la búsqueda de la libertad, siempre con personajes fuertes, inspiradores y creativos.
Tomás De Leone se propuso rescatar el vínculo de ambas figuras: una mujer con un compromiso ético de recuperar personajes femeninos que sean alentadores y fuera de lo común, con un atrevimiento y una postura muy decidida de Bemberg, de no solo plasmar la libertad sino la igualdad, donde Alejandra Podestá fue un puente perfecto para dicha idea, pero quien a su vez se encontraba en constante contradicción consigo misma ante su condición de enanismo y un proceso de aceptación que nunca terminó de asimilar ni concluir, siendo consumida por su soledad y temores erradicando en un final escrito en la sección de policial.
En síntesis, la lectura que nos ofrece dicho documental es sobre dos mujeres unidas por el arte, una que se encontraba ante la disputa constante de sus visiones que siempre iban más allá mediante convicciones innegociables dejando una huella, otra navegando en la búsqueda de la libertad siendo presa de sí misma, anclando en el olvido. De algún modo, la realización de una mujer y, por otro, solo una ilusión.