Manual de aprendizaje para el buen cristiano.
Esta película es dañina. De veras. No sólo porque parece más un panfleto ideológico antes que una película, sino porque sus personajes tienen tanto carisma como los de cualquier publicidad de la pasta dental que deja los dientes más blancos que nunca. Es un festival de clichés, que en vez de conmover logra que uno sienta vergüenza ajena. Algunos diálogos y situaciones están tan, pero tan subrayados, que de existir una calificación para géneros cinematográficos como "infantil", Un sueño posible tendría un lugar bien asegurado.
Poco me importa cuán fidedigna es o no. Es como decir que cierta abominación cinematográfica es buena porque "el doctor de verdad curaba con la risa". El cine es cine, y si para que una película sea buena hay que buscar elementos ajenos a ella, entonces, no es una buena película. Eso no quiere decir que uno no pueda hacer comparaciones con una determinada realidad. Sólo que no se tiene que basar totalmente en ella para justificarla. Aclaro por si alguien se ataja de este fiasco diciendo "está basado en una historia real".
La cosa es así: un adolescente negro, grandote como un ropero, y muy callado (y todos suponen que sin todas las luces en la cabeza) con un pasado turbio (con la original idea de mostrar flashbacks de segundos donde está llorando) se encuentra, gracias a Dios, con una mujer cristiana, rubia y de clase alta. Sandra Bullock, en el papel que seguramente le valdrá el Oscar a Mejor actriz. Este personaje es como si aquella mujer ricachona y prejuiciosa de Crash: Vidas cruzadas, después de caerse de la escalera, se hubiese vuelto una discípula del Papa.
Adopta como suyo al chico este. Claro, el joven no se siente del todo cómodo al principio. La familia, que parece estar siempre feliz, siempre bien, sin matices ni lados oscuros, lo acepta enseguida. Le enseñan el american way of life o sea, mamá fue porrista, y ahora tu hermana también lo es. Papá fue un crack del fútbol americano, y se espera que vos y tu hermanito también lo sean. Claro, también son cristianos, buenos repúblicanos que detestan a los rednecks, pero son tolerantes.
De entrada, sabemos que esta película pertenece al subgénero de deportes. De allí viene el título: el "lado ciego" es el punto que un jugador de fútbol americano debe cuidar de sus compañeros. Un metáfora tan simple y obvia que se repite hasta el hartazgo. Cuida a tu familia. Ella te cuida a vos.
Hay un par de secuencias, que lejos de conmover, causan vergüenza. Una de ellas es así: Big Mike (así le dicen a este chico negro) está en su nueva casa, mirando un libro donde en la portada, se ilustra el cliché de la familia unida, alrededor del pavo del Día de Acción de Gracias. Big Mike añora eso. Al otro día, Anne (Sandra) ve a Mike comer sólo a la mesa, apaga la tele y reúne a su familia. Van a cenar el pavo todos juntos, y diciendo la bendición del día. O sea, lejos de estudiar ese cliché instaurado en la sociedad, y hacer una crítica sobre cómo afecta a quienes no tienen la oportunidad de tener una familia, la película lo reafirma.
Otra de las secuencias bastante flojas, involucra a un redneck que vocífera durante un partido, en contra del jugador negro. La resolución de la secuencia, con mamá Anne poniendo los puntos sobre las ies, es patética. En esta película, los malos son malos y los buenos son buenos. No hay puntos intermedios. Y da la impresión, que salvo por algunos pequeños desajustes sociales (como el "rival" del partido o algún pobretón del barrio) todo iría bien, gracias a cualquier vecino cristiano que se aprecie. Ah, hay un detalle imperdible: la camiseta del equipo de Big Mike denuncia el nombre del equipo "Crusaders" o los "Cruzados".
Las mejores película sobre deportes, no tiene como protagonista al partido, sino a todo el entrenamiento. Al preparamiento físico y psíquico anterior. Un sueño posible apenas esboza esto.
Hay además, momentos políticamente correctos, como la pequeña y sutil crítica a Bush en la "administración que se demora". No digo que la película sea falsa, o hipócrita, porque desconozco las intenciones del realizador. Quizás todas sea buenas, pero de intenciones no se hace una película.
Al enfocarse más a un drama familiar, sobre la aceptación, el rechazo, y la inclusión social, uno espera un producto más inteligente. O cuando no, funcional (en este caso, el melodrama no da en las teclas indicadas y se revela trunco ante cada dispositivo para emocionar). Hay frases del tipo "Nosotros no lo ayudamos a él. Él nos ayudó a nosotros" o "Protege a tu equipo, como si me protegieras a mí". Y no sigo, porque como dije al principio, leer y escuchar eso, es un poco dañino.