Diario de una pasión (o de dos)
El argentino Germán Kral (El Último Aplauso, 2009), afincado desde hace algunos años en Alemania, vuelve a incursionar en el tango como punto de partida para construir un melodrama documental sobre la historia de amor y odio entre la pareja de bailarines María Nieves y Juan Carlos Copes.
“Si volviera a nacer haríar todo igual, menos estar con Juan Carlos”, dice María Nieves en un momento de Un tango más (2015), película que tuvo su estreno mundial en el 40 Toronto International Film Festival, cuyo arco dramático gira en base a la tortuosa relación amorosa y profesional que durante años mantuvo la pareja de bailarines y que Kral narra como un melodrama de los años 50 mezclando ficción y realidad.
María Nieves, hoy de 81 años, y Juan Carlos Copes, con 84, se conocieron en la década del 40 en una milonga. Ella quedó obnubilada por el joven de 17 años, se enamoraron y comenzaron a bailar juntos hasta 1997 cuando él decidió terminar con la relación artística, porque la amorosa ya había concluido hacía mucho tiempo atrás. A lo largo de esos 50 años atravesaron una relación amor-odio donde el baile era el laso que los mantenía unidos.
Kral se distancia del típico documental o docuficción para construir un híbrido que mezcla ficción y realidad donde, como en los melodramas, María Nieves atravesará un derrotero de penurias e injusticias que la terminarán convirtiendo en heroína. Lo documental será el relato de ella pero que surgirá a partir de una entrevista que le hacen unos jóvenes bailarines que realizarán un musical, que no es otro que la parte ficcional del film. Así, Un tango más deambulará entre los recuerdos de María Nieves y una puesta musical con momentos notables donde el realizador se toma la licencia de montar un cuadro en versión tanguera de Cantando bajo la lluvia. Mientras que por otro lado Copes también expondrá su versión de los hechos. Pero no enfrentándolos sino dando su punto de vista sobre la misma situación. Por un lado el romanticismo de lo femenino y por el otro el orgullo y la hombría.
Así como El Último Aplauso no era un documental excluyente para amantes del tango, tampoco Un tango más lo es para los milongueros, Germán Kral va mucho más allá y toma este elemento para construir una historia de amor y odio atrapante que supera a cualquier ficción.