Sin guerra fría, Le Carré debe forzar sus nuevas tramas
Este thriller está basado en un libro de John Le Carré y también es una producción del veterano escritor de obras maestras del género de espías, como "El topo". Pero bien dice uno de los personajes del film, "en Europa ya no hay guerra fría", por lo que Le Carré arma una historia que elude el típico argumento de espías, aunque sí incluye al servicio de inteligencia británico en relación con las conexiones entre la mafia rusa y la corrupción en el Gobierno inglés.
El detonante de la trama es el encuentro fortuito de una pareja inglesa de vacaciones en Marruecos con unos rusos que celebran algo en el restaurant de su hotel. Uno de los rusos insiste en invitar al inglés a una fiesta, y en medio de un jolgorio de alto nivel, queda claro que entre los invitados hay varios miembros de la mafia rusa. Stellan Skarsgård es el contador de la mafia rusa que le cuenta al inglés Ewan McGregor una historia de asesinatos provocados por su nuevo jefe mafioso, y le pide que de regreso a Inglaterra lleve un pendrive para entregar al MI6, con el fin de que le den protección a él y su familia. El inglés le hace el favor y queda metido junto a su esposa en una peligrosa intriga que lo lleva a París y a los Alpes Suizos, siempre perseguido por criminales rusos.
"Un traidor entre nosotros" es un thriller bien actuado al que una rosca más de tensión no le hubiera venido mal. El tema es original y está mostrado de modo verosímil, aunque el punto más débil en lo argumental sea la manera en la que un profesor universitario y su esposa abogada (Naomi Harris) se involucran en un asunto con el que no tienen nada que ver.