Juego de espías
Perry (Ewan McGregor) y Gail (Naomie Harris) son una pareja británica que intenta recomponer su relación yendo de vacaciones a Marruecos. Por casualidad su camino se cruza con el de Dima (Stellan Skarsgård), un multimillonario ruso con el que enseguida ganan confianza. Dima los invita a una lujosa fiesta por el cumpleaños de su hija y allí le cuenta a Perry que era el encargado de lavar el dinero de la mafia rusa. Le entrega un pendrive para que lleve a Londres información detallada ya que quiere entregar todo y poder vivir en paz con su familia. Lo que parece ser algo relativamente fácil se complica cuando le entregan todo a Hector (Damian Lewis), un agente del MI-6 que no cree que hayan sido elegidos al azar y los tendrá en la mira.
Otra adaptación de un libro de John Le Carré (El espía que surgió del frío, El topo, El jardinero fiel) que llega a la pantalla grande. En esta ocasión pone a una pareja común en medio de una disputa que incluye los idas y vueltas del dinero ruso y cómo logra llegar hasta las más altas esferas económicas británicas.
La dirección de Susanna White hace que la película cambie bastante en su ritmo, sobre todo en la segunda parte cuando de repente empieza a ser un poco más dinámica. A pesar de que la historia es interesante, el guion del iraní Hossein Amini (también responsable de escribir Drive) no logra evitar caer en baches y tediosos diálogos técnicos que no llevan a nada.
El punto fuerte está en las actuaciones de un gran elenco de lujo, desde los protagónicos de Ewan McGregor, la bella Naomie Harris y el sueco Stellan Skarsgård hasta Damian Lewis quien abandona por un rato sus roles en televisión.
Un traidor entre nosotros no está a la altura de otras de las recientes adaptaciones de Le Carré como El topo (Tinker, Taylor, Soldier, Spy, 2011), El hombre más buscado (A Most Wanted Man, 2014) o la serie The Night Manager (2015) pero aún así es una película que se deja ver.