A pesar de la torpe dirección, es una película cautivadora con personajes queribles.
Uno de los temas más populares en el cine, televisión y literatura durante el siglo XX es el mundo del espía. Cien años repletos de guerras en todo el mundo lograron llenar el imaginario colectivo con la fantasía de un personaje menos violento y más táctico. James Bond nació en los libros, al igual que Jason Bourne y Jack Ryan, pero ellos tres son hombres entrenados, profesionales dentro de su área. ¿Qué pasa cuando el héroe es un tipo común y no un superhombre? El libro de John le Carré “Un traidor entre nosotros,” publicado en 2010, desarrolla esta posibilidad.
La relación entre Perry (Ewan McGregor) y Gail (Naomie Harris) no está yendo para nada bien. Intentarán mejorarla durante una escapada romántica a Turquía. Allí conocen a Dima (Stellan Skarsgard) y sus vacaciones se verán interrumpidas: él es miembro de la mafia rusa, y un cambio de mandato dentro de la organización pondrá su vida y la de su familia en peligro. Para ayudarlo, Perry y Gail deberán llevar información delicada al MI6 (el Servicio de Inteligencia de Reino Unido). Su compatriota Hector (Damian Lewis), representante de esta institución, comenzará a tratar con Dima a través suyo. A pesar de no querer involucrarse en asuntos tan peligrosos, el profesor y la abogada ya están metidos hasta la coronilla.
John le Carré trabajó en el MI6 durante las décadas del 50’ y 60’, pero abandonó ese trabajo después del éxito de su primera novela. La directora de esta versión cinematográfica es Susanna White, bastante conocida en Reino Unido gracias a su trabajo en televisión (Bleak House, 2005) y el guionista es Hossin Amini. Uno de los actores más queridos de los últimos años toma el papel protagónico, Ewan McGregor. A su lado se encuentra Naomie Harris, conocida por su rol de Eve Moneypenny en las dos películas más recientes de Bond (Skyfall de 2012 y Spectre de 2015). Interpretando a Dima, el mafioso ruso, está Stellan Skarsgard, cuyo acento se escucha forzado en su primera aparición, pero a medida que la película avanza se lo ve más cómodo y por lo tanto, hace un trabajo más natural. Hay que destacar que Skarsgard es de nacionalidad sueca y no habla ruso. Damian Lewis, ganador de un Globo de Oro por su trabajo en Homeland (2011), es Hector, el representante del MI6 que ayudará a los protagonistas en su dilema.
Una de las facetas más interesantes de Our Kind of Traitor es el tipo de héroe que pone como protagonista. En la última década, sobre todo en el cine de acción, se le dio mucho lugar al antihéroe. Esa área moral tan gris, lejos de sorprender como la primera vez que apareció, es ahora casi una regla, una manera fácil de agregar ‘complejidad’ a una narración que probablemente no sea tan compleja. El personaje principal de esta película, por el contrario, vuelve al extremo ‘bueno’. Es amable, es pacífico, busca complacer tanto a los que conoce como a los que no. En un mar de personajes iguales, Perry se destaca por su inaptitud para trabajar en un entorno de espionaje y violencia, pero incluso los hombres más duros de su entorno lo ven como alguien de confianza. Opuesto a personajes como el Bond de Daniel Craig o el Bryan Mills de Liam Neeson, el personaje de Ewan McGregor estira la mano hacia el hombre común y le da un merecido lugar en el panteón de los héroes del cine de espías.