Es una remake de una exitosa película sueca que cuenta la historia de un hombre cascarrabias, viudo, insoportable, que logra reconciliarse con la vida. Aquí con Tom Hanks encabezando el elenco ya se sabe que el desplegará todo su talento para darle carnadura a un personaje que pierde su tiempo en enojarse con todo y con todos, peleándose indiscriminadamente con hombres, mujeres, jóvenes, viejos, la humanidad toda. Dirigido por Marc Foster,con guión de David Magee, que sucumbe a un agregado innecesario, pronto se advierte que aunque el tono es delicado, hay que preparar los pañuelos. Es que aunque a medida que se van descubriendo los motivos de tanto enojo de Otto, Hanks nos va a conmover irremediablemente aunque sepamos de antemano que de eso se trata, descaradamente. Como Otto joven actúa Truman Hanks, el hijo de Tom, con una bella y convincente Rachel Keller. Pero la mujer que logra romper las barreras de ira del gruñón, es su nueva vecina Marian Treviño en una intensa actuación. Hasta el gato que tiene su importancia en la historia nos conmueve. Imagínense, hay que entregarse y listo.