Una historia narrada desde el punto de vista de un preadolescente con problemas. Es un chico presionado por su madre que solo piensa en sus vacaciones, para que estudie y rinda bien su ultima materia, que lo obliga a tomas pastillas antipsicóticas, que visita a su psiquiatra y le miente, que se enamora sin ser correspondido y que libera su fantasía como único método para llegar a una verdad profundamente enterrada en la historia familiar. Para su opera prima Joaquín Cambré, que escribió el guión con Laura Farhi, eligió ese camino distinto y difícil para seguir la evolución de su protagonista, primero con el tono de una familia alocada, bien jugada en esa clave por Leticia Bredice y Germán Palacios, para en una segunda parte atreverse a una viaje de ciencia ficción, delirio y finalmente el camino que conduce a la sanación. La realización de esa segunda parte jugada y difícil sorprenderá al espectador. Para su protagonista eligió a Ángelo Mutti Spinetta, que cumple con la responsabilidad de un tono distinto al de los demás personajes. Ángela Torres aporta su encanto en su breve pero importante personaje.