Debut en largometraje de Joaquín Cambré con una película que intenta sobre la base del mundo interior de un niño entrando en la adolescencia construir un apasionado y sincero relato sobre los vínculos familiares y sociales.
En Tomás (Angelo Mutti Spinetta) Cambré deposita el vector narrativo para hablar de cuestiones que tienen que ver con el coming of age, en una propuesta que privilegia el punto narrativo del niño (encuadres, desarrollo de roles y personajes secundario), con logradas escenas oníricas, pero que termina perdiéndose en el propio laberinto que construye.