AFECTOS Y SABORES
Al realizador sueco Lasse Hallstron le gustan los sabores. Lo de mostró en la desabrida “Chocolate” y lo confirma ahora con esta amable viñeta sobre un mundo tan visitado hoy, el de la alta cocina. En los dos casos, son films pueriles, de lugares comunes, al que un elemento puramente decorativo (en este caso, el encantador pueblito francés Saint-Antonin-Noble-Val,) le agrega poesía a un film muy anunciado, muy elemental, insulso, con gente buena por todos lados y un final a punto caramelo.
Una familia india se muda frente a un coqueto restaurante francés. Acredita una estrella Michelin y esta manejado por una dueña agria y desconfiada. Pero de a poco los recién llegados conquistarán todo. Mensaje edificante de una Europa culposa que al menos en cine mira a los inmigrantes con cariño y dulzura. Película de sabores, algo empalagosa, que está llena de buenas intenciones y confirma que las estrellas Michelin son como el super Oscar de los chefs, estrellas de estos días.