Paris - Tandoori - Masala
En más de una ocasión el cine remite a los placeres culinarios. Nadie podrá olvidar la romántica cena a la luz de las velas, con canzonetta italiana mediante, donde dos enamorados comparten albóndigas y spaghettis en “La dama y el Vagabundo”, o de los humeantes fideos en marmitas que la protagonista de “Con ánimo de Amar” (“In the mood for love” de Wong Kar-Wai) prepara antes de visitar a su amante.
Sin dudas, una película emblemática es “La fiesta de Babette” el film dinamarqués ganador del Oscar o la mexicana “Como agua para chocolate” del mexicano Alfonso Arau que traslada a la pantalla una hermosa novela de Laura Esquivel.
Oriente nos regala “El aroma de la papaya verde” donde se mezclan platos, recetas y sabores diferentes, con el exótico marco de Vietnam y Saigón y “Comer, beber, Amar” donde nos cuenta la historia de un viejo chef de Taipei, viudo y con tres hijas, completamente diferentes entre sí. Y desde Alemania llegan, “El sabor del Eden” siguiendo la historia de Edén, una mujer casada y con una hija discapacitada que cae rendida frente a los escritos de cocina erótica de un excéntrico chef que la ayudará a hacer florecer el erotismo en su matrimonio y “Bella Martha”, la historia de una jefa de cocina de un restaurant francés, apasionada por su trabajo, que verá cambiar totalmente su vida cuando tenga que hacerse cargo de su pequeña sobrina y sobre todo, cuando aparezca un cocinero italiano que trate de ganar su corazón.
¿Para qué tantos títulos? Porque al que le guste esta amalgama de cine y cocina, tiene en cualquiera de ellos exponentes interesantes de explorar cada uno en su género (desde la comedia al drama costumbrista) que superan quizás al estreno de esta semana.
"Un viaje de diez metros" vuelve a remitir a ese mundo entre ollas, perfumes, sabores, sartenes y delantales y está dirigida por Lasse Hallström quien es el mismo director de "Chocolate" otro famoso film donde interviene la cocina y en el que Juliette Binoche aparecía con su hija en un pequeño pueblito francés alterando la temperatura de todo el vecindario cuando produce sus chocolates siguiendo una antigua receta maya.
En el mismo sentido y con la una receta con demasiados puntos de contacto con la anterior (aldea deliciosa, personajes adorables, fotografía impecable) Hallström se encarga de llevar a la pantalla el best-seller de Richard C. Morais y ya desde los primeros minutos uno sabe perfectamente cuál es el camino por el que nos va a conducir: un camino conocido, sin demasiadas sorpresas -ni las pretendemos tampoco en un producto de este estilo-, pero que es sumamente agradable de recorrer. Sobre todo porque tiene la mixtura perfecta de un paisaje soñado, una familia hindú simpática y entrañable como protagonista, los aromas de la cocina de autor y la búsqueda de la excelencia en cada plata ... y como si todo esto fuese poco, se complementa con toques de comedia romántica que es la cereza de la torta.
Con un marco de París que hasta por momentos nos hace recordar a “Ratatouille” de Pixar con esa torre Eiffel iluminada como ícono de la Ciudad Luz, "Un viaje de diez metros" no pretende preocuparse más allá de mostrar esta especie de fábula, un cuento sobre la realización personal y el desarrollo de un talento, un don, un sueño. Esta línea argumental servirá, por momentos, para pintar con algunas pinceladas -con un trazo un poco grueso en algunos casos- una historia sobre mandatos familiares (acentuadamente paternos en este caso); polos opuestos que se atraen (esta familia hindú abre su restaurant justo frente al que regentea Helen Mirren que quiere obtener a toda costa su segunda estrella Michelin y que es donde se reúne la crème de la crème de la región) y sobre seguir y escuchar los impulsos del corazón.
Teniendo en cuenta que el primer film que se conoció de Hallström en nuestro país fue el nominado al Oscar "El año del arco iris / Mi vida como perro" al que luego se sumaron "A quién ama Gilbert Grape?" y "Las reglas de la vida" con Michael Caine, Charlize Theron y Tobey Maguire, claramente "Un viaje de diez metros" entra en el pelotón de sus últimas realizaciones como "Querido John", "Un amor imposible" con Emily Blunt e Ewan Mc Gregor o "Siempre a tu lado" con Richard Gere más simpatizando con la factoría hollywoodense que con el cine de autor.
Lejos, muy lejos de sus películas iniciales, Hallström se acomoda en la receta presideñada para construir un "crowd pleaser", esas películas que le gustan a todo el mundo y van tan pero tan bien con la hora del té.
Cuenta, en este caso, con un elenco sólido, sobre todo en los secundarios tan pintorescos pero cada vez que aparece Helen Mirren, inunda la pantalla de su glamour, su charme de actriz de clase, construyendo un papel que le calza como un guante, bien a su medida y se nota que lo disfruta al máximo y con el respaldo de la producción de Steven Spielberg y Oprah Winfrey.
Aún con la previsibilidad del guión y una duración un tanto abusiva para un "cuento de hadas" moderno -dura un poquito más de dos horas- "Un viaje de diez metros" combina a la perfección la buena comida -las esencias y especias hindúes y la hâute cuisine francesa- un escenario perfecto, delicioso y soñado y el marco de París que la engalana y nos hace querer estar ahí aunque sea por el ratito que dura la película.
De esas para ver con una sonrisa y pasar un momento agradable. No pidamos mucho más que eso...