Un viaje en el tiempo es una herramienta que la CIA y el FBI en Estados Unidos deberían utilizar en adelante para obtener confesiones de terroristas y criminales.
Esto es mucho más que una película, nos encontramos ante un hito que marcará un antes y un después en el campo de la criminología.
No existe en el planeta un ser humano que pueda tener la resistencia física y emocional para sobrevivir una fusión continuada de este bodrio de la directora Ava DuVernay (Selma).
Sinceramente recomiendo que si tienen la valentía de verla en el cine vayan descansados, ya que de otro modo, a la media hora de iniciada la función, los brazos de Morfeo se apoderaran de ustedes.
Este film ya venía con una promoción inflada por el hecho que DuVernay fue la primera realizadora negra en desarrollar una producción de 100 millones de dólares.
Si bien ese es un hecho noble que marca cierta evolución en Hollywood, el color de piel o sexo biológico de un artista no determina que su labor brindará una gran obra.
Un viaje en el tiempo vuelve a recordarnos que el género de la fantasía no es para cualquiera.
Podés tener prestigio y galardones en el campo documental o las biografías dramáticas que sin imaginación en este tipo de cine no vas a ningún lado.
En este punto encontramos la gran desgracia de este estreno. Se trata de la obra de una mujer con creatividad limitada y sin imaginación.
Tenía servido en bandeja una historia fascinante como es la novela homónima de Madeleine L´Engle, que desde hace décadas es un clásico de la literatura juvenil y la arruinó con una adaptación insulsa y aburrida.
Los contenidos de ciencia ficción que presentaba el conflicto original fueron tirados a la basura para contaminar el relato con un infumable panfleto de filosofías new age, típicos de los libros norteamericanos de auto ayuda.
Hace años ya que vengo reseñando los clásicos live action de Disney, especialmente los que quedaron en el olvido, y no puedo encontrar otro ejemplo de un film tan malo como este.
Inclusive producciones olvidables y fallidas como El Inspector Gadget 2 al menos tenía un argumento coherente.
En esta película se presenta una historia que no tiene el mínimo sentido.
Unos chicos emprenden una travesía por distintas dimensiones para rescatar a su padre científico que desapareció porque el hombre “quería darle una apretón de manos al universo”.
Los protagonistas cuentan con la ayuda de tres entes sobrenaturales (Oprah Winfrey, Reese Witherspoon y Mindy Kaling), que por alguna razón se visten como drag queens, y les dicen a los supuestos héroes lo que tienen que hacer.
Todos los personajes adultos de este film hablan como si se hubieran tragados la obras completas de aforismos de José Narosky y después de un tiempo terminan por cansar.
Los chicos que emprenden la búsqueda de su padre inician un viaje por el universo que tiene como escenarios fascinantes, un bosque, el pico de una montaña, una playa (que parece La Bristol de Mar del Plata en la primera quincena de enero) y una urbanización de los años ´50.
Eso es todo.
No hay una aventura emocionante que genere una atracción por este relato y todo se desarrolla de un modo muy aburrido. Inclusive el villano es una figura abstracta que no le aporta ningún interés a la trama.
Otro elemento fallido que llama la atención es el casting de los niños protagonistas que es malo. Algo en lo que Disney no suele fallar pero Ava DuVernay fue quien tuvo el control de esta cuestión.
Storm Reid, la figura principal, es una chica sin carisma, cuya constante cara de traste a lo largo del film, no contribuye a despertar empatía por su rol, mientras que sus compañeros actúan de un modo muy artificial.
La directora además contamina el relato con una banda de sonido incoherente donde incluye canciones pop y Rhythm and Blues que no tienen ninguna relación con las situaciones que se retratan en la pantalla.
Lo que genera irritación de Un viaje en el tiempo es que más allá de ser aburrida se trata de una película muy pretenciosa que aspira a ser profunda e inteligente.
En un momento el personaje de Oprah Winfrey le dice a la protagonista, quien no hizo nada memorable hasta ese momento, que es una heredera de una raza de guerreros que cambiaron el mundo como Gandhi y la poeta Maya Angelou.
Figuras que la mayoría de los chicos difícilmente tengan presentes pero queda bien mencionarlos para hacer más intelectual la trama.
Lo único rescatable de este film es Chris Pine, quien brinda una buena actuación dentro en un rol limitado.
El resto es para el olvido y no merece el valor de una entrada al cine.
Ojalá Disney mejore la calidad de sus estrenos con la nueva adaptación de El cascanueces, protagonizada por Keira Knightley que llegará a los cines a fin de año.