Sin duda, este viaje fuera de lo común. En el Reino Unido, la historia de Donald Crowhurst es una enigma que sigue alimentando fantasías a todo nivel.
Tanto es así que el hecho que esta cinta presenta es de la década del 60 y en los últimos dos años, hay dos cintas que hablan de este tema: "Crowhurst" (aunque más cruda e indie y menos consecuente) y esta en cuestión, "The Mercy". Hay que decir que Crowhurst (Colin Firth) era un hombre lleno de secretos.
Quizás no de los visibles, o naturales, dentro de lo que se podía ver superficialmente. Si, que quizás, para sí, encerraba mucho en su mente y en su corazón y esa vinculación jugó crucial en su historia de vida. Para ponernos en tema hay que decir que este hombre estaba casi en bancarrota.
Tenía una familia hermosa (empezando por su mujer en la ficción, Rachel Weisz) pero las deudas lo acosaban.
Como era aficionado a la navegación (y tenía una local donde comercializaba algunos elementos), cierto día decidió que arriesgando en una competencia de veleros para dar la vuelta al mundo, organizada por el Sunday Times y cuyo premio podría ayudarlo y darle además, prestigio para hacer conocer su negocio.
En un tramo relativamente corto, James Marsh (el director de la brillante "La teoría del todo"), nos pondrá en tarea, preparando el escenario para lo que prometía todo el interés:la epopeya del inexperto hombre, tratando de vencer sus limitaciones materiales (su equipamiento no le iba a permitir mantener el curso en forma exitosa) y luchando por transformar su realidad.
El tema es que Crowhust se había convertido en una especie de niño mimado por la prensa y además estrenaba un sistema de gps que él había diseñado para ayudarse en la competencia. La cinta está planteada como un espacio de lucimiento para Colin Firth, en su rol, primero de hombre esperanzado y valiente, listo a sacrificarse por el bienestar de su familia.
Pero a medida que avance la travesía, las cosas cambiarán y aquel Crowhust que parecía inocente y tenaz, pasará a transitar senderos de locura y delirio, perdiendo (en todo sentido) el rumbo. "The Mercy" tiene su punto fuerte, en el trabajo de Firth, sin dudas.
Raquel Weisz está correcta, pero el resto de los secundarios sólo son tenues dibujos cuasi innecesarios en el marco en que está planteada la cinta. Llama la atención que en la construcción del guión, sepamos tan poco del personal principal. No creo que lo que deviene en él, haya surgido en forma espontánea. Ese germen, no se ve y tal vez con un poco más de profundidad en la investigación, hubiesemos tenido una perspectiva más interesante.
Como entretenimiento, es apenas correcto (es un drama hecho y derecho) y no siento que sea una cinta que aporte demasiado a las carreras de los intérpretes principales.
De hecho, me costó llevarla adelante, siendo que la pareja protagónica, individualmente, me encanta. Quizás Marsh podría haber elegido otra historia, más inspiradora, para avanzar con su carrera. El sabrá porqué.