Lacrimógeno experimento que intenta emular en la transformación de un hombre durante una épica travesía en altamar aquellos relatos de superación y autoayuda que en los últimos años han proliferado en cantidad.
A diferencia de “All is lost”, en la que Robert Redford luchaba con el agua, las tormentas y consigo mismo, en esta película la lucha va por el lado de la familia que espera la vuelta. Destaca, como siempre, Rachel Weisz en una película obvia, predecible y sin pasión.