Las historias de náufragos en el pasaron nos brindaron títulos memorables.
Se hicieron un montón de películas, pero hay un par que sobresalen por su excelencia.
En mi Top Five de este tipo de historias se destacan 8 a la deriva (peliculón de Alfred Hitchcock), Naúfrago, de Robert Zemeckis, Infierno en el Pacífico (super peliculón con Lee Marvin y Toshiro Mifune), El señor de las moscas (la versión de 1990) y Robinson Crusoe (1932) con el maestro Douglas Fairbanks.
Una aventura extraordinaria, el nuevo trabajo de Ang Lee no creo que desbanque a ninguno de estos filmes pero es un buen aporte dentro de esta clase de relatos.
La película sobresale especialmente por el extraordinario trabajo de realización que presenta el director y probablemente sea recordada como una de sus producciones más bellas.
Al igual que Hugo, de Martin Scorsese, Lee brinda una tremenda lección de cómo debe aprovecharse el formato 3D y la animación digital en el cine.
Este film encuentra sus puntos más fuertes en los aspectos técnicos y visuales que es donde más se luce esta historia.
El trabajo que hicieron con el tigre, que fue creado a través de la tecnología CGI, es impresionante y en ningún momento parece un personaje virtual.
No deja ser loco que este film contara con el mismo presupuesto (120 millones de dólares) que la última entrega de la patética saga Crepúsculo que fue un mamarracho en este campo.
La fotografía de Claudio Miranda (clásico colaborador de David Fincher) también es extraordinaria y en más de una escena uno se queda embobado frente a la belleza que tienen los planos del director.
En materia de realización esta película es impecable y me parece que no se le puede objetar nada.
El problema que tiene Una aventura extraordinaria se encuentra en el enfoque que eligió Ang Lee para desarrollar la trama.
Creo que fue un grave error presentar al protagonista adulto y que a través de flashbacks se contara el conflicto.
Al enterarte en los primeros minutos que Pi sobrevivió y lleva una vida tranquila la conclusión de su experiencia perdió muchísima fuerza, donde no ayuda tampoco que la trama tenga uno de los finales más trillados y obvios de todos los tiempos.
La historia tiene una primera parte brillante donde se presenta al protagonista en su infancia que brinda algunos momentos fabulosos.
La búsqueda espiritual de Pi y las escenas que tiene con su padre (genial personaje) junto con el retrato de la cultura india son mucho más fuertes que la experiencia del naufragio que viene después.
Hay un par de buenos momentos con el tigre pero la película se vuelve densa, muy especialmente en los últimos 20 minutos.
La odisea de Pi es bastante lisérgica por momentos pero nunca se vuelve apasionante.
Robert Zemeckis manejó mucho mejor la situación con Tom Hanks y la pelota Wilson y con esto vuelvo otra vez a los que mencionaba antes.
Si en Náufrago hubiéramos sabido de entrada que el protagonista sobrevivía, el final de la trama no hubiera tenido la misma fuerza.
Tampoco se llega a explorar cómo la experiencia de Pi impactó en su vida en los años venideros porque la película deja esas cuestiones en el aire.
Con respecto al contenido espiritual el tratamiento de estos temas es bastante superficial y el eterno debate de la ciencia y la religión tampoco se profundiza demasiado.
En términos generales Una aventura extraordinaria es una buena película de Ang Lee pero no una obra memorable como anunciaron las críticas exageradas.