Una aventura extraordinaria

Crítica de Juan Campos - Loco x el Cine

Este es mi amigo el tigre...

Una Aventura Extraordinaria (Life of Pi, 2012) puede tener dos lecturas: La de la fe religiosa, y la simple, la de película de aventuras en donde un chico se ve atrapado en un bote salvavidas con un tigre de bengala con muchísima hambre. Por una cuestión personalísima, elegí la segunda lectura, la más directa y simple, sin tanto mensaje y moraleja, por el simple hecho de que eso le pega a cada uno por su lado, y sentarme en el trono de opinador para decir cómo todos deberían pensar me parece un poco imbécil. Así que, aclarado esto, arranquemos.

Todo comienza cuando Pi Patel (Irrfan Kahn) se encuentra con un novelista canadiense al que le llegó la información de que su historia podría ser un gran libro. Pi, humilde, le pide que se siente, y no sin nostalgia, comienza a recordar...

Pi (Suraj Sharma en su versión adolescente) era un chico cuando su familia debió deshacerse de su propiedad más valiosa, el zoológico de de Pondicherry, India, debido a la crísis económica, y emigró para occidente. Pero ellos nunca llegarían, ya que el barco en el que viajaban se hundió, y dejó como únicos sobrevivientes a Pi y a un par de animales, entre los que se encontraba Richard Parker, el feroz tigre de bengala, orgullo de Pondicherry.

Ahí comienza la odisea: sobrevivir al mar, y sobrevivir a Richard Parker. Por supuesto que al principio la relación no es muy buena (quién sería amigo de un animal que espera a que te distraigas para devorarte, ¿no?), pero hay cierta maduración por parte de ambos, y también cierta necesidad de uno para el otro, y entonces comienza a suceder el "milagro" de la amistad. Una amistad tosca, recia, pero amistad al fin.

Durante la travesía, los paisajes son los protagonistas. Desde la nada misma (horizonte/mar/barco) hasta criaturas casi mágicas del fondo del mar que aparecen casi solamente para deslumbrar al espectador, y con éxito. Y es que, visualmente, Una Aventura Extraordinaria es -valga la redundancia- extraordinaria. Ang Lee se sumó al club de Martin Scorsese en cuanto a buen manejo de 3D se refiere. Y lo bueno es que no ancla todo ahí, sino que también la historia es interesante, pese a tener ciertas caídas lógicas al estar hablando de una película con un chico y un tigre, nada más.

Si, la comparación con Naufrago (Cast Away, 2000) es inevitable, pero por nuestra malicia. Richard Parker no es Wilson, sino que es una criatura viva. Hecha vía CGI, si, pero increíblemente viva, real y voraz. Este león puede llegar a ser el mayor hito de la tecnología desde el Gollum de El Señor de los Anillos, superando con creces a los Na'vi de Avatar. El realismo, y hasta la expresividad de ese maldito león les va a estar girando en la cabeza durante días.

Además de todo esto, la película cuenta con varias historias pequeñas, como la del orígen del nombre de Pi (Piscine Molitor Patel) y otras de ese estilo que le dan un toque de dulzura y hasta fantasía a Una Aventura Extraordinaria.

En definitiva, Ang Lee se metió de lleno, se arresgó y salió ganando. Los efectos especiales no le fueron favorables en el pasado (¿recuerdan su Hulk? ¿No? Mejor) pero ahora nos dió a todos un tortazo de revés y nos mostró lo que es capaz de hacer con un buen equipo y, sobre todo, con una buena historia.

@JuanCampos85