Una aventura extraordinaria

Crítica de Laura Otero - Alta Peli

La historia de un niño devenido en hombre que recrea su infancia y en especial, un momento de su vida que generó en el una nueva forma de concebir el amor y la familia, un naufragio en pleno mar Pacifico que desató en él un sinfín de emociones encontradas.

El inicio de otra vida

Películas sobre náufragos hay varias, la aclamada y reciente Náufrago de Robert Zemeckis, en los ’70 una historia de amor a la deriva, Swept Away, sobre esta tuvimos una nueva versión en el 2002 de Guy Ritchie protagonizada por su entonces esposa, Madonna; y en los ’80 La laguna azul, una historia de adolescentes que naufragan la cual se encargó de marcar la educación sentimental de varios de nosotros. Estas se encuentran entre las más populares, y en esta década podemos sumar a la lista Una aventura extraordinaria, la nueva obra del taiwanés ganador del Oscar, Ang Lee.

Entre todos los films anteriormente citados podés armar un hilo conductor que tiene como destino un quiebre y una nueva forma de vida. Así, todos y cada uno de nuestros protagonistas dejan de concebir la vida como antes y se embarcan a una nueva aventura, demostrando de esta manera que el único instinto del ser humano es el de la supervivencia.

La tierra prometida

Una aventura extraordinaria relata la vida de Pi Patel, un joven hindú que se crió junto a su hermano en el zoológico familiar, bajo las estrictas reglas de un padre amoroso y de una madre dócil aunque firme. Debido a algunas imposibilidades económicas, la familia no tiene más opción que abandonar la India y dirigirse a Canadá por barco ya que deben trasladar todos los animales del zoo para luego venderlos. Es en ese viaje, en el que Pi ya es un adolescente, que la suerte le jugará una mala pasada.

Debido a causas que desconocemos el barco se hunde y nuestro protagonista queda varado en un bote salvavidas en compañía del tigre más aterrador que había en el zoológico, llamado Richard Parker. Es a partir de ese momento que la historia toma otro matiz. Y lo que había empezando como un film con aires a Amelie y El gran pez, termina decantando en una historia con vida propia.

El lenguaje de lo visual

Es necesario saber que la historia parte de un momento actual, en el que conocemos al protagonista ya adulto, y a base de flashbacks, nos remonta a su infancia en la India y luego nos cuenta la historia extraordinaria que deja al espectador pasmado. Es en este accionar, en este ir y venir de la infancia a la adultez, donde conocemos en profundidad la personalidad de Patel, sus sentimientos, sus creencias y su manera de relacionarse con lo que lo rodea.

Ang Lee genera un clima de opresión que solo se puede generar a mar abierto, ver ese botecito en la inmensidad del océano despierta el mismo sentimiento de miedo e inmensidad que genera enfrentarse a una ola enorme, a un bloque gigante de agua donde no hay más que inmensidad sobre la línea del horizonte. Y eso ya merece un tema aparte.

Recordemos que esta película es una transposición del libro Life of Pi del canadiense Yann Martel, es una obra que parece imposible de llevarse a la pantalla grande, sin embargo Lee se encarga de eso de la mejor manera. A esta película el 3D es de lo mejor que pudo haberle pasado, la manera vívida en que recrea todo lo fantástico del film es posible gracias a ello, de otra manera sería muy complicado que el espectador se sumerja en ese mundo onírico que nos presenta el autor.

Conclusión

Una aventura extraordinaria es sin duda una gran manera para empezar el año cinéfilo, esta historia conmueve hasta el corazón más duro, desde lo hollywoodense y quizás cayendo en algunos puntos demasiados espirituales y por momentos, rozando un libro de autoayuda. A pesar de todo esto, el trabajo visual es magistral, y hace sin duda de este film, uno imperdible.