Otra Extraña Pareja
Uno y tan solo uno de los sentidos en el cine es entre otras cosas, contarme un cuentito, hacerme viajar por zonas increíbles, vivir las mejores aventuras, habilitarme una odisea irreal pero atractiva, darme una fantasía bien narrada, siempre entretenida, disfrutable, conmovedora y algo de eso ocurre con "La vida de Pi" -el filme se llama así-, donde el director Ang Lee trata de cumplir las premisas antes citadas, sin dejar de ofrecer un relato sorprendente en un marco de cierta espiritualidad. Refiriéndome a esto último, uno aborrece los filmes con "mensajes" y exceso de moralina, algo similar al cine "franelero" que presenta Virginia Lago en las tardes de "Telefé". Pero en algunos casos significativos esa historia cercana al corazón puede estar calificando alto, casi como acto poético como en la reciente "El Puerto" (Le Havre, Aki Kaurismäki), o irse para el otro extremo con una historia sensible y simple: "Siempre a su lado" (Hachiko: A Dog's Story, Lasse Hallström).
Aquí Lee nos cautiva con la historia de un chico que en viaje de India a Canadá, sufre un naufragio el barco donde se traslada junto a su familia y los animales -en bodega- que pertenecen al Zoo de su padre, y como se sabe quedará a la deriva con un gran tigre y algunas otras sorpresas más que no revelaremos, viviendo una inesperada travesía que en ningún momento dejará de agotar el interés del espectador. Resuelta con gran potencia visual, llena de efectos muy bien aprovechados, el director sabe utilizar todas las posibilidades del cine actual, agregándole magia infinita en la estupenda fotografía de Claudio Miranda (chileno de nacimiento con antecedentes tales como "Seven", "El Club de la pelea", "Benjamín Button", "Tron: Legacy"). De hecho muchas de sus escenas son inolvidables, mostrando como el cine puede construir una fábula de impecable y magnífico diseño artístico. El cine siempre es arte y está película también.