En la conferencia de prensa que ofreció el martes pasado, Marilina Giménez se declaró seguidora de la filmografía de Lukas Moodysson. La mención del realizador sueco no sorprendió a los espectadores que pensamos en Vi är bäst! o We are the best! mientras miramos Una banda de chicas, ópera prima de quien años atrás fuera bajista del trío Yilet.
Somos las mejores es una ficción ambientada en la Estocolmo de los años ’80, y protagonizada por tres pre-adolescentes mujeres. Sin embargo, vale imaginar cierta continuidad entre la determinación de Bobo, Klara, Hedvig y la voluntad de las chicas porteñas o bonaerenses que Giménez retrata en su documental.
Salvando las diferencias evidentes, Una banda… comparte con We are… la intención de tributo a las (muchas) pibas decididas a plantar bandera en el escenario musical, sin acatar las reglas impuestas por colegas, productores, ingenieros de sonido, managers, empresarios varones. Con perdón del eventual exceso, vale señalar cierto parecido físico entre la actriz Mira Grosin y otra integrante de Yilet, Ani Castoldi.
Giménez parte de su propia experiencia para reconstruir esta porción invisibilizada de los últimos diez años de la música under local. El reencuentro con la mencionada Castoldi y la tercera yiletera Marina La Grasta le sirve de trampolín desde donde saltar a un universo iluminado por Las Taradas, Las Kellies, Miss Bolivia, Kumbia Queers, Chocolate Remix, Liers, She-Devils, Sasha Sathya, Kobra Kei entre otras agrupaciones estelares.
Una banda de chicas se destaca por la curaduría realizada sobre viejos registros difíciles de encontrar/recuperar, por la cantidad y calidad de las entrevistas, por la recreación del circuito nocturno que incluye escalas como Cemento, Casa Brandon, Niceto, algunas veredas del barrio porteño de San Telmo, por una banda sonora con uno, dos compilados en Spotify.
Giménez acierta cuando vincula a sus retratadas con el movimiento Ni Una Menos y con las movilizaciones a favor de la legalización del aborto en nuestro país. La importancia acordada al contexto aumenta la trascendencia de un documental sin precedentes, por lo tanto tan necesario como revelador.
«Aquí llegó pa’ molestarte esta intrusa» canta Romina Bernardo en una presentación en vivo de este rap compuesto para Chocolate Remix. La inclusión de esa actuación alimenta la sensación de que Una banda de chicas les rinde homenaje a las pibas que irrumpen en la arena musical –no sólo porteña o bonaerense– para demoler estereotipos y desbancar al patriarcado.