Bradley Cooper le pone la cara a un talentoso chef en Una Buena Receta, otro intento de subirse a lo cool que es ser cocinero ahora.
Redención en la cocina
Adam Jones era un chef estrella, un rockstar; pero debido a sus adicciones a casi todo, tiro por tierra su carrera como Maestro Chef. Ahora tras unos años de rehabilitación y mantenerse sobrio, decide volver al ruedo contando con la confianza de su antiguo padrino profesional, y reuniendo un equipo nuevo, pero a veces la meta a la felicidad no es solo triunfar.
Muchos ingredientes no hacen una buena comida
Una Buena Receta es una película de redención en el mundo de la cocina; podría haber salido algo bueno teniendo en cuenta la apertura culinaria que se está dando en los últimos años, y que siempre estas historias dan buenos resultados, mas aun cuando se tiene a un protagonista carismático y un elenco con buenos actores. Pero no, seguramente un pancho en la estación nos va a dejar mejor gusto en la boca que esto.
Por un lado no se entiende bien que es lo que se quiere contar en Una Buena Receta, Adam (Bradley Cooper) parece que sólo dejó las drogas porque en el resto, su personalidad, sigue siendo la de un engreído y totalitarista en la cocina (aunque hay que serlo). El resto de los personajes tampoco tienen demasiada construcción, Sienna Miller en un look que no le queda demasiado bien está desperdiciada como “la minita” de la película, con el cliché de ser madre soltera y necesitar el trabajo. Y así podría ir recitando uno por uno los roles y repetirme en cada uno de ellos diciendo lo mismo. Peor aún es, cuando con personajes tan planos, los actores los interpretan en piloto automático sin intentar darles un mínimo de personalidad.
Nunca se ve un espíritu de auto superación en el film, ni se aprovecha el mundo en el que se mueven los personajes, como sí pasaba en Chef, esa entretenida peli dirigida, escrita y protagonizada por Jon Favreu, donde no solo los personajes tenían una meta, sino que la exhibición de comida que se hacía casi rozaba lo pornográfico (¿Quien no se quedo con ganas de probar alguno de esos platos?). Entonces la gran pregunta que se nos plantea es: ¿Qué quería contar realmente Steven Knight en su guion?. Nunca lo sabremos, pero por su trama tan floja se desperdicio un film que tenía un enorme potencial para ser una entretenida comedia.
Conclusión
Una Buena Receta es un claro ejemplo que teniendo buenos actores y un submundo de moda y siempre interesante de ver; no se hace una buena película si no se sabe administrar bien los recursos. Casi una metáfora con la cocina misma, donde a veces lo más simple es lo más rico y que les gusta a todos.