Una buena receta es, por un lado, una película interesante si es que te resulta atractivo la actividad culinaria de alto vuelo, pero también es una película un tanto vacía que cuenta con un gran elenco.
La historia ya la hemos visto en otros contextos: hombre talentoso que había caído en desgracia vuelve para superarse y tratar de triunfar.
El director John Wells viene de un gran trabajo como lo fue Agosto (2013) pero la mayor parte de su carrera la pasa dirigiendo televisión, y este estreno tiene algo de telefilm.
No digo que un telefilm sea algo malo (porque hay muchos buenísimos) sino que uso el ejemplo para describir un formato. A esta película le falta escala.
Bradley Cooper es un gran actor dependiendo con quien trabaje y aquí anda medio solitario tanto delante como detrás de cámara.
Si bien Sienna Miller y Daniel Brühl hacen un buen laburo, sus personajes no llegan a ser lo suficientemente interesantes como para detenerse en ellos. Lo mismo con el resto del elenco, amén de los cameos de Emma Thompson, Uma Thurman y Alicia Vikander.
Lo que si el film hace muy bien es mostrar el mundo de estos chefs de elite y sus cocinas. Emociona y sorprende.
En definitiva, Una buena receta es una película que se deja ver y se puede pasar un buen rato si uno no se pone muy exigente.