Una historia mínima de Mayra Bottero
Mayra Bottero debuta en la ficción, luego del documental "La lluvia es también no verte" (2015), sobre la tragedia de Cromañón, con una historia sobre la transformación de una sexagenaria mujer al descubrir que en casa de su padre vive una joven mujer que embarazada.
Graciela (Stella Galazzi), una docente, separada de su pareja y sin hijos, está tramitando la jubilación, quiere vender su casa e irse lejos de la ciudad. Rodo (Carlos Rivkin), su octogenario padre, vive en un departamento y Graciela lo visita de vez en cuando, aunque se nota que la relación no es buena. Pero todo se pondrá peor cuando descubra que con él vive Sabrina (Valeria Correa), una joven mujer, embarazada, que estaba en la calle y sin recursos. La vida de Graciela dará un giro inesperado.
Bottero construye un relato intimista de personajes solitarios que se encuentran para construir un mundo propio que los incluya. Seres vulnerables que hallan en el otre una razón para existir. La historia es mínima, sin artilugios, y la puesta en escena focaliza en la transformación de los personajes a partir del encuentro. No busca redimirlos sino humanizarlos, mostrarlos en todas sus facetas, con sus matices, contradicciones, virtudes y defectos. El trío protagónico es el corazón de una película que en ningún momento busca la sensiblería ni al golpe de efecto, pero que invita a la reflexión y genera preguntas.
Una casa lejos (2021) le apunta directo al corazón individualista y mezquino de una sociedad incapaz de mirar más allá de sus propias narices, de pensar en el otre, de tener un gesto mínimo que puede llegar a cambiar una, dos o tres vidas.