Tras la pista de Isabel
En casi todas las historias suele haber algún que otro recoveco en donde la información sobre cierto personaje o momento se caracteriza principalmente por una situación, sea política o personal, que logra destacarse ante toda vivencia desarrollada y deja plasmado, por ende, una huella que el tiempo no podrá borrar. Un claro ejemplo de esta situación resulta ser María Estela Martínez de Perón, la primera presidente mujer de la república Argentina.
María Estela, mejor conocida como “Isabel” o “Isabelita”, supo conformar la fórmula más votada de la democracia argentina junto con su esposo Juan Domingo Perón, alcanzando así el objetivo con el que Evita alguna vez soñó: transformarse en la primera presidente mujer de América. Aún así, después de la muerte de Perón y en su función como presidente, su nula preparación política (sumado a la eterna oposición para desestabilizar al peronismo) sería el disparador para que en un futuro, se lleve a cabo uno de los peores sucesos de nuestra historia: el golpe de estado de 1976. Es así como luego de sobrevivir a la cárcel y al exilio, la figura de Isabel fue prontamente olvidada, y a la vez, fue cementada en una posición de destierro por parte de los simpatizantes peronistas. Tras esta breve sinopsis, el director de este documental (Julián Troksberg) junto con los realizadores, se encargarán de construir un retrato sobre esta figura ausente con el que intentarán aclarar ciertas dudas sobre aquellos tiempos; los tiempos en que María Estela Martínez Cartas pasó a llamarse Isabel Perón.
Bajo la propuesta de un claro guion coral, las múltiples entrevistas realizadas irán conformando un hilo narrativo con idas y venidas, en donde se irá desarrollando muy de a poco la creación de una figura que pareciera estar completamente borrada del mapa. Los relatos de algunos sindicalistas de antaño, políticos, investigadores, o allegados a María Estela, serán las bases principales para ir construyendo una personalidad, que a decir verdad, no esconde más que simpleza.
El inicio de la historia de amor con Perón, su pasado como bailarina, el reencuentro con el general en Panamá, su llegada al poder, el golpe, la cárcel y el exilio, son todas subtramas que desembocan en un silencio total, en donde incluso el director deberá replantearse en cámara si todo este trabajo tiene sentido, si de verdad vale la pena seguir indagando en los enigmas políticos que ni siquiera los peronistas tienen el deseo de desenterrar.
Es así como esta película logra un resultado inesperado en el paladar del espectador, ya que al tratarse de un personaje al que nadie reivindica, obtiene una cuota de interés cinematográfico gigante. De esta forma, Una casa sin cortinas consigue caracterizarse como un film inteligente y provocador, en donde los recuerdos selectivos pasan a ser los principales eslabones para la reconstrucción de una figura cuasi fantasmal de nuestra historia.