Un pichón de gorrión queda solo en el nido y es adoptado por una cigüeña. Crece convencido de que pertenece a la misma especie, pero resulta que su familia migra, de Europa a África, y claramente no puede ser parte del viaje. Así de conmovedora es la premisa con la que los directores de Una cigüeña en apuros arman esta aventura, una road movie con plumas y picos, que llevará al pequeño gorrión, negador y desesperado, a cruzar fronteras y mares, con dos amigos del camino: una lechuza pigmea que habla con un amigo imaginario, y un loro homosexual, egoísta y vedette. La animación es virtuosa, sobre todo en los paisajes y detalles, y hay muchísimo humor en esa ruta, y la inteligencia suficiente como para hablar de diversidad sin bajar línea.