Sobre la mufa y otras supersticiones
En Una cita, una fiesta y un gato negro (2012) la novel realizadora Ana Halabe trabaja dentro del registro de la comedia, y a partir de éste género con un elemento que puede ser trágico y cómico al unísono como lo es “la mufa” y sus derivaciones.
Gaby (Julieta Cardinali) y Felisa (Leonora Balcarce) eran amigas durante la adolescencia y hace quince años que no se ven porque Gaby le atribuye a Felisa la dote de mufa. Por una casual causalidad ambas volverán a encontrarse, y pese al rechazo de una y la necesidad de restablecer vínculos de la otra crearan una relación amor - odio. Siempre en un tono de comedia llevada a los extremos.
Ana Halabe, quien también es coguionista, editora y autora de la música, logra una puesta en escena fresca, cargada de elementos visuales pop que remiten a la primera etapa de Pedro Almodóvar y su retrato del mundo femenino como Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) o Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). Dicha influencia también puede notarse en la forma hiperrealista que se utiliza para mostrar a los personajes protagónicos, concebidos desde una sobreactuación preconcebida que les cae más que bien y que les ayuda a no perder el tono de victima/victimario.
Con una estructura de comedia americana, Una cita, una fiesta y un gato negro presenta el tema de las supersticiones desde el lado del humor, pero no burlándose de quienes caen rendidos ante ellas sino desde como pueden ser una excusa para actuar de una manera o de la otra, sobre todo cuando a raíz de una rivalidad su utilización puede ser primordial para sacarse a alguien de encima sin dar las verdaderas explicaciones de tal decisión.
Una cita, una fiesta y un gato negro es un film noble a pesar de sus fallas, y también es cierto que no pretende mucho más que hacer que el espectador pase un momento divertido y vuelva a su casa con una sonrisa en la cara luego de haber visto una comedia más. Si esa es la intención que se tiene como espectador las expectativas estarán colmadas y por ende las intenciones de sus autores también.