Intento logrado parcialmente de alejarse del grotesco e intentar una comedia que sea “nacional” sin caer en el lugar común, esta historia de una mujer que ve su vida a punto de destrozarse y que vincula la desgracia a la aparición de una vieja amiga que –es fama- arrastra la yeta, tiene algunos buenos momentos gracias a actores que parecen seres humanos reales, y algunas bajas de tensión cuando se busca afanosamente la moraleja. Un debut interesante de la realizadora Ana Halabe.