La nueva película de Diego Lerman, toca un tema que ya trato en Refugiado, su película del 2014. La desprotección infantil en nuestro país, Argentina.
Una especia de familia nos cuenta sobre Malena (Bárbara Lennie), una Dra. de clase media que un día, deja todo y se va a Misiones, donde el Dr. Costas (Daniel Araoz) le entregara el bebe que tanto esperaba.
A medida que la cinta avanza, nos vamos adentrando en la historia de nuestra protagonista, y la turbia manera en la que consiguió su bebe. De a poco, nos metemos en el oscuro mundo del tráfico de personas, que por más que este basado en las buenas intenciones y el deseo de nuestra protagonista, no deja de ser un crimen atroz. Navegando por los grises, y los no tan grises de la moral, vemos las decisiones que va tomando Malena, y si bien la comprendemos, no hay manera de justificarla.
Dicho esto, la película tiene varios problemas. En primer lugar, excepto Araoz, las actuaciones no son buenas. Eso no quiere decir que no haya excelentes actores, sino que esta vez quedan cortos, o directamente erran completamente el tono e intención que debería, o por lo menos, creo que debería tener la historia.
Además, nunca toma partido. Con la intención de ser espectador, y dejarnos decidir, queda tibia. Indefectiblemente, a menos que sea un documental, la dirección de una película tiene una intención. Y en esta, no se ve. Es la historia de una buena persona que hace algo mal? O la historia de una mala persona que por buenos motivos hace algo mal? O directamente un problema social donde nos hacemos creer que tenemos buenas intenciones pero somos mezquinos y egoístas? Nunca lo define, y parece cambiar de secuencia a secuencia. Y ahí esta el problema mas grande.
Sinceramente esperaba más. Refugiado me gusto mucho, y a priori, la historia me hacia pensar que Lerman se iba a jugar mas. Una lastima que la culpa burguesa que todos llevamos dentro no se lo permitió.