Una Especie de Familia: Engualichados.
Con una gran Bárbara Lennie, Diego Lerman nos trae una impredecible road movie sobre desigualdad e injusticia en que la mirada del espectador jugará un papel fundamental.
Malena (Bárbara Lennie) es una médica en pleno viaje a un pequeño pueblo de Misiones en cuyo hospital, Marcela (Yanina Ávila) la madre de su futuro hijo adoptivo está dando a luz. Pero todo se irá complicando a medida que descubrimos las condiciones en que se está llevando a cabo esta adopción, y Malena tendrá que pasar por un sinfín de circunstancias tanto ilegales como moralmente cuestionables que pondrán a prueba su deseo de comenzar su propia familia.
En “Una Especie de Familia”, el film simplemente sirve de acompañante silencioso para la historia de Malena y prácticamente no toma partido, por lo cual es probable que haya todo tipo de debates a la salida de la sala ya que el espectador es quien termina siendo interpelado con cada confuso eslabón en esta cadena de adopción ilegal que se beneficia tanto con la necesidad de los habitantes del pueblo como la desesperación de las parejas que no pueden tener sus propios hijos. Ni siquiera tenemos un claro antagonista al cual señalar y desquitarnos cuando una situación injusta se está desarrollando y eso es aun más frustrante, si bien en algún momento se nombra a un posible capo mafia a cargo de ésta organización turbia; el contexto y la mala fortuna tal vez sean los verdaderos antagonistas de la historia, lo cual no solo vulnera a nuestros personajes sino que también a los mismos espectadores.
La historia pierde un poco el rumbo sobre el final del film, buscando una suerte de final redentor para nuestra protagonista, terminamos teniendo aun más razones para cuestionarla y perdemos algo de la empatía que nos venía generando hasta ese momento.
En cuanto a las actuaciones, Barbará Lennie es la protagonista perfecta, se destaca desde la primera escena tanto cuando la vemos pensativa y a la deriva como cuando desespera en ataques de rabia y frustración, y si bien su personaje comete algunos actos más que cuestionables, siempre queremos que logre su cometido, cualquiera que sea en ese momento de la historia. Además, si bien vivió algunos años en Argentina, la actriz es española, y seguramente si están leyendo esta crítica después de ver el film no se habían dado cuenta. Daniel Aráoz también se destaca con una interpretación tan pacífica y tranquila como siniestra.
Una Especie de Familia es visceral, genera emoción, tristeza, incomodidad, alegría y angustia constantemente, y si bien no tiene una historia perfecta, vale la pena darle una oportunidad ya inspira debatir y pensar la película una y otra vez al salir de la sala.