Los hijos de Vince Vaughn
Es raro... no se si les pasa a ustedes también, pero cada vez que veo una comedia de Vince Vaughn pienso: Hay algo que no está bien... pero estoy entretenido y me estoy divirtiendo... ¿estaré bien? Sus películas suelen ser bizarras y a la vez un tanto trilladas, pero así y todo se las arregla para salir más o menos bien parado.
En esta ocasión con "Delivery Man" o "Una familia numerosa", como se la tituló en Argentina, nos entrega una de sus películas más edulcoradas, con algunos golpes bajos que no llegan a ser del todo groseros pero que se nota fueron pensados para ablandar el descreimiento del espectador, que ya lo tiene bastante encasillado en su personaje habitual de polaco-americano bruto pero de buen corazón. Acá interpreta el mismo rol, pero con un toque más fuerte de sensibilidad para llegar a un público más amplio.
¿De qué se trata la peli? Cuenta la historia de un polaco-americano desastroso pero de buen corazón que en su juventud, para ganar dinero, donó muchísimo esperma a una compañía que hizo uso y abuso del mismo para también ganar más dinero. Por ello, nuestro personaje irresponsable pero carismático, llamado David Wozniak (Vince Vaughn), se encuentra con la poco probable noticia de que es padre biológico de más de 500 chicos nacidos entre 1991 y 1994. Por supuesto, por más de que su excéntrico abogado Brett (Chris Pratt) le aconseja no relacionarse con los chicos, el protagonista decide conocer a uno de ellos, luego a otro y a otro hasta que se convierte en un vicio que no puede dejar. Esto le trae consecuencias en su vida normal y lo convierte en una persona distinta a la que era hasta el momento. De hecho, la noticia afecta bastante la turbulenta relación que mantiene con su novia Emma (Cobie Smulders).
Como podrán leer, se trata de un trama que roza casi el drama y de hecho presenta entre sus gags de humor varios momentos lacrimógenos que hacen de este film una montaña rusa de risas y nudos en la garganta. No es de lo más inteligente, pero se deja ver y uno no sale de la sala pensando que le robaron el dinero.
Lo mejor tiene que ver con las interpretaciones de un hilarante Chris Pratt en rol de abogado y amigo del protagonista, una refrescante Cobie Smulders que le da otro aire a la gran pantalla y hasta la pequeña labor de varios jóvenes actores que hacen de sus hijos. Lo peor es que se hacen demasiados chistes sobre el tema del conflicto de identidad que tienen los jóvenes por no haber conocido a su padre biológico y eso por momentos toma tintes de mal gusto. La otra cuestión no tan buena, es la falta de expresividad del protagonista, Vince Vaughn. Está muy encasillado en un estilo de personaje, muy similar a lo que le sucede a Adam Sandler con sus roles. Creo que debería despedirse por un rato del polaco bonachón y buscar alguna vuelta de tuerca que lo haga más versátil.
Un peli que sin todas las luces, entretiene y se deja ver sin tener luego el remordimiento de sentir que estuvimos perdiendo el tiempo.